Treinta años, treinta records de participación. La bahía de Palma empieza a quedarse pequeña para albergar un Princesa Sofía superpoblado que ha pasado ser una simple competición a convertirse en un punto de encuentro de la mejor vela ligera. Con la firma Majorica como nuevo patrocinador, la organización baraja adoptar medidas para garantizar un futuro de perlas. «Nos honra que vengan tantos barcos, pero lo cierto es que hay que hacer algo porque estamos desbordados», confesaba ayer a este periódico el presidente del comité organizador, Jaume Ensenyat. Superada la cifra de ochocientos barcos hace semanas, el goteo de inscritos seguía produciéndose ayer "veinticinco fourtyniner se registraron de golpe por la tarde" y aunque el número final de participantes era una incógnita, rondará los 840 en representación de 32 países y distribuídos en cuatro campos de regata: los clubes náuticos de Palma, el Arenal y San Antonio de la Playa y la Escuela Nacional de Calanova.
Sin embargo, el XXX Princesa Sofía-Majorica es algo más que una cuestión de cantidad. La bahía de Palma albergará desde hoy hasta el sábado una competición en la que se darán cita titulares de historiales incontestables, como el polaco Meteusz Kusznievewicz, medalla de oro en Atlanta, o el campeón mundial sueco Frtedrik Loof, ambos en clase Finn.