El ex alcalde de Barcelona Pasqual Maragall ha asegurado que la designación de Barcelona como sede de los Juegos Olímpico de 1992 fue «limpia» y que la ciudad no hizo ningún regalo a los miembros del Comité Olímpico Internacional.
Maragall, que participó en un debate sobre una biografía de su persona recientemente publicada, ha subrayado que, al respecto, está «muy tranquilo, la designación de Barcelona fue bien, fue limpia y bien hecha».
Respecto a las acusaciones de un miembro del COI portugués, que sostiene que los organizadores de los JJOO de Barcelona regalaron cajas de vino a algunos miembros del COI, Maragall ha señalado que desconoce estas imputaciones, aunque ha dejado claro que «Barcelona no envió obsequios a los miembros del Comité Olímpico Internacional». Maragall ha admitido que el COI «se ha encontrado con una situación muy complicada, pero creo que su presidente, Juan Antonio Samaranch, lo está toreando bien».