El fortín inabordable en que se han convertido este fin de semana las oficinas del COI, acogió ayer sábado, de la mañana a la noche, la reunión de la comisión que investiga la corrupción en el organismo olímpico, ante la que desfilaron seis de los trece implicados, sin que trascendiesen ni sus nombres ni sus declaraciones.
Estas cifras -los sospechosos de aceptar sobornos de Salt Lake City son trece y los que ayer acudieron en persona a defenderse fueron seis- constituyeron los únicos datos aportados en toda la jornada por los portavoces del COI, que en cada una de sus comparecencias públicas se remitieron a la conferencia de prensa que hoy, domingo, ofrecerá el presidente Juan Antonio Samaranch y en la que se anunciarán las medidas acordadas contra los corruptos, que en algunos casos supondrán la expulsión. Los miembros del COI aparentemente implicados, y cuyos nombres han aparecido en la prensa de todo el planeta, se convirtieron ayer en sospechosos sin rostro, merced a las inusuales medidas de protección establecidas a su alrededor. El sigilo de este fin de semana contrasta con la rapidez con que la comisión investigadora que preside el canadiense Richard Pound dio a conocer todos los escándalos relacionados con el Comité Olímpico Internacional.