Con un lobo llamado Zabivaka que irradia «diversión, simpatía y seguridad en sí mismo», el Mundial de fútbol de Rusia 2018 continúa la tradición surgida en el año 1966, cuando el león inglés Willie se erigió en la primera mascota de una cita mundialista. Este lobo, cuyo nombre significa «el que anota» en el idioma rusa, promocionará la competición y entretendrá al público en los estadios y será embajador de Rusia en el mundo entero.
Representante del linaje y la nobleza del Reino Unido, Willie instauró una doctrina que continuaron otras doce mascotas. Niños, animales, frutas u hortalizas relevaron con mayor o menor aceptación a este león inglés, reflejo de la revolución cultural iniciada por los Beatles. Juanito (México 1970) inspiró la apuesta por Gauchito Mundialito ocho años después, cuando el niño procedente de la Pampa argentina emuló la pose de la primera mascota de trazos humanos. Absolutamente rompedor fue Naranjito, mascota del Mundial de España (1982). Elegida de entre 600 diseños diferentes, una naranja vestida de futbolista se reivindicó como la primera y única fruta protagonista de una Copa del Mundo. Tal fue su impacto, que incluso tuvo su propia serie de televisión.