Argentina estalló en una fiesta eufórica tras la victoria de la Albiceleste sobre Croacia por 3-0, que dejó a la 'Scaloneta' en la final del Mundial de Qatar 2022, como ocurriera ocho años atrás.
En todas las calles del país, por cada gol hubo millones de gritos que se escucharon al unísono. El seleccionado argentino hizo explotar de ilusión a un pueblo golpeado por la crisis económica y social, al que este Mundial parece haber insuflado esperanza.
Con el pitido inicial, el país se paró en seco para colgarse de cualquier aparato que transmitiera el partido, ya fuera en bares, restaurantes, oficinas o en la calle. «Cuando la ‘Scaloneta' juega, Argentina alienta», es la frase de cabecera.
El primer gol de penalti anotado por parte del inigualable capitán, Lionel Messi, y dos tantos del delantero Julián Álvarez, que estuvo imparable durante el encuentro, ensordecieron la capital argentina.«Este es el mejor país del mundo. Gracias Diego», fueron los rezos de agradecimiento de Martina, que en llanto evocó al 'patrono del fútbol', Diego Armando Maradona.
Al finalizar el segundo tiempo, nadie en «El Cuartito» -una de las mejores pizzerías de Buenos Aires- pudo agarrarse de sus asientos. Durante el partido «siempre se sufre», explica Enrique, quien viajó 100 kilómetros desde la pequeña ciudad de Tandíl para ver el partido con sus amigos. «Siempre se sufre con Argentina, pero hoy fuimos muy superiores y de la mano de Lionel, que se merece el mundial, vamos a salir campeones», agrega.
El denominador común en el país suramericano parece ser acumular angustia hasta que explota en una bomba de sonrisas y alivio; por ese motivo, el equipo que dirige Lionel Scaloni, apodado la 'Scaloneta' o la 'Ilusión Argentina de Fútbol', también traspasa fronteras. Como es el caso de Braian, oriundo de Paraguay, pero que hace 19 años vive en Argentina y dice sentirse «uno más». «Fue fantástico, me siento más argentino que paraguayo y cada partido se sufre por igual, pero la alegría es eterna», cuenta Braian.
El mismo sentimiento comparte Samuel, que viajó desde Ghana para poder vivir «más tranquilo» y ejercer su pasión de jugar al fútbol. Vestido de celeste y blanco, asegura que espera una final entre Argentina y Marruecos, en la que su país de adopción gane por 2-0.
Con el pitido final, las calles de Buenos Aires fueron una maratón para llegar al icónico Obelisco y compartir el sueño de que la Albiceleste alce la Copa Mundial por tercera vez. En poco tiempo, Samuel comparte lo que significa ser argentino: «Sufrí mucho, la semana pasada con Países Bajos. Me lastimó mucho ese partido, pero a pesar de la lluvia estuve acá alentando», relata.
En la avenida más ancha del mundo, decenas de miles de fanáticos se fueron concentrando y enarbolando cánticos, fuegos artificiales, banderas o sudaderas con los colores de la Selección. «No hay edad para ser feliz», cuenta Erminda, una jubilada que no podía esperar a que Argentina ganara para salir a la calle y compartirlo con el «pueblo».
«Estaba muy segura de que íbamos a ganar y más que agradecida a mis jugadores argentinos y al técnico. Sería una bendición que el domingo seamos campeones», ora, mientras acomoda su gorro albiceleste con forma de casco vikingo. «Confiar en Dios y en el universo. Sé que el ‘Diego' nos mira, nos ilumina y nos manda esto: felicidad», expresa. En la tierra de la «ilusión» existe la «certeza» de que el astro del fútbol se santificó y cuida de los argentinos.
Precisamente en otro punto de encuentro de la ciudad, relacionado con el '10', cientos de aficionados se reunieron para presenciar el partido y estallar de júbilo con el resultado final. La que fue casa de Maradona en el barrio de Villa Devoto este martes se transformó, como ha sido habitual en todos los partidos de Argentina desde el duelo contra Polonia de la primera fase, en escenario de celebración para los fieles.
Sus actuales dueños decidieron abrir las puertas de ese 'santuario' a los aficionados, a quienes reciben con comida y bebida. Y en ese ambiente, camisetas albicelestes, banderas y carteles dedicados al '10' acompañaron a los hinchas que festejaron los tres goles de la 'Scaloneta' ante Croacia, algunos de ellos incluso con un baño en la piscina del patio.
La vivienda, que fue adquirida por Maradona cuando fue fichado por Boca Juniors, procedente de Argentinos Juniors, para regalársela a sus padres, cuenta con 700 metros cuadrados de casa y 500 de espacio alrededor, fue comprada recientemente por una familia que la consiguió en una subasta.
Este martes, que tiene sabor a fin de semana, Argentina explotó de felicidad con el horizonte puesto en el domingo, cuando todos sueñan con que Argentina levante la Copa de la mano de su ansiado 'Messias'.
Los dirigentes políticos del país también dejaron a un lado, al menos por un rato, la grieta que les divide por las constantes disputas y celebraron, al unísono, el colosal triunfo de la selección argentina y su pase a la final. «Estos jugadores, este cuerpo técnico y toda la delegación, han hecho una Copa del Mundo increíble poniendo a la Argentina en lo más alto. Nos demostraron que el camino a la gloria siempre es en equipo», comentó el presidente argentino, Alberto Fernández, en Twitter.