El bar del polideportivo del Arenal ha vuelto a ser uno de los principales focos de concentración por parte de los seguidores de la selección argentina de fútbol que este martes vibraron con el encuentro que disputó su equipo y que le valió el pase a la final del torneo catarí. Desde mucho antes de que arrancara el encuentro el ambiente era ya intenso y la tensión se fue acumulando a medida que se acercaba la hora del inicio. Con el dos a cero, los aficionados empezaron a ver el panorama más liviano. Los cánticos y animación se mantuvo también en otros lugares de la Isla, como por ejemplo el Sports Bar de Cala Major, donde también son muchos los seguidores que se juntaron para poder seguir el encuentro en directo.
Y es que un partido de estas características, pese a ofrecerse en abierto, siempre es mucho mejor compartirlo con familia y también amigos. Los cánticos fueron continuos y el gran reto ahora es conseguir levantar el título mundial en la gran final del próximo domingo. Tras la victoria, algunos aficionados decidieron trasladarse hasta la plaza de las Tortugas de Palma, para continuar con la celebración, tal y como han compartido distintos usuarios en redes sociales.
El rival saldrá este miércoles del encuentro que disputarán Marruecos y Francia. Uno de los dos será el próximo rival de la Albiceleste. Hay una gran representación de aficionados argentinos en nuestra Isla y todos ellos tienen algo en común, la enorme pasión que despierta en todos ellos el fútbol y la selección en particular. Y es que son muchos los vínculos de unión entre la Isla y Argentina desde el punto de vista futbolístico y más ahora con el exjugador del Mallorca, Lionel Scaloni, al frente de la Albiceleste.
El que fuera futbolista del equipo rojillo tuvo un primer contacto con los banquillos en el Son Caliu, algo que quedará grabado para siempre en los libros de historia. Desde la Isla, el seleccionador ha conseguido guiar al equipo hacia una final que sin duda es el sueño de todos los seguidores. Ahora resta dar un último paso más, levantar el trofeo y coronarse como los reyes del fútbol.