Barcelona y el último Gran Premio de la temporada 2024 fueron el punto y final a la etapa de Augusto Fernández en la estructura del GasGas Tech3, con la que dio el salto a MotoGP tras proclamarse campeón del mundo de Moto2 en 2022. Tras meses sabiendo que su futuro no seguiría bajo la batuta de Hervé Poncharal, el piloto de Sencelles, de 27 años, ya mira al futuro y el nuevo desafío que se le presenta de cara al próximo ejercicio.
Nada menos que ser probador de una de las grandes fábricas del Mundial, Yamaha, que ha apostado por el mallorquín. Tanto, que por contrato ha asegurado tener garantizadas seis 'wild cards' de cara al curso 2025, con las puertas abiertas a una oportunidad de regresar a la parrilla en la que el equipo satélite de la marca de los tres diapasones es el mejor posicionado para ofrecer una moto el 37.
«Se puede decir, estaré con Yamaha como test rider, con 6 ‘wild cards’ y las instrucciones posibles que pueda haber durante el año con las cuatro motos. No estaré el martes en el test, pero estoy empujando mucho para probar la moto antes de terminar el año», aseguraba en Montmeló Augusto, cuyo trabajo con Yamaha será el de probar piezas y recoger información. «Los tests suelen ser siempre los mismos: Jerez, Misano... Y creo que en Aragón el año que viene hay test el lunes», añadía el de Sencelles, vigésimo en la general del Mundial de MotoGP 2024, con 27 puntos en su haber, y que con su salida de la parrilla deja a Joan Mir (Honda) como único mallorquín en la cilindrada reina... por ahora.
Yamaha contará en su equipo de fábrica para 2025 con el francés Fabio Quartararo y el catalán Álex Rins, mientras que en el Pramac Racing Yamaha, estructura satélite, formará con el portugués Miguel Oliveira y el australiano Jack Miller.