El piloto español de MotoGP Alex Rins no esconde que «el principal motivo» de cambiar a Yamaha desde el LCR Honda era «la perspectiva» de tener a su disposición de nuevo «un equipo oficial» y es optimista sobre el reto junto a su compañero, el francés Fabio Quartararo, de devolver a la 'M1' «al frente de la parrilla».
«La perspectiva de un equipo oficial, sobre todo tras estar en un privado, fue el principal motivo por el que elegimos dar el salto a Yamaha», señala Alex Rins en unas declaraciones facilitadas por la agencia de comunicación de 'INDIBA', líder mundial en Tecnología Médica y encargada de ayudar al catalán en la recuperación de su grave lesión del año pasado.
El barcelonés espera de la marca japonesa el poder «tener todas las herramientas» a su disposición «para desarrollar una moto y volverla a llevar al frente de la parrilla». «Creo que si trabajamos conjuntamente con Fabio (Quartararo, compañero de equipo) podemos lograr este objetivo», apunta.
Rins, que este fin de semana correrá el Gran Premio de Las Américas, escenario de su primera victoria en MotoGP en 2019 con Suzuki y donde también ganó el año pasado con el LCR Honda, admite el salto que hay de un «equipo satélite a oficial». «Por el número de personas que te escuchan en el 'box' cada vez que vuelves de hacer una tanda en pista, algo que eché de menos el año pasado», confiesa.
De su grave fractura de tibia y peroné que dejó fuera de las pistas en 2023 durante cuatro meses, recuerda que fue «una recuperación larga y con muchas fases» y donde la función de 'INDIBA' «ha sido clave para acelerar los tiempos y poder volver a subir a la moto antes de lo que cabría esperar».
Para ello, el piloto español realizó un plan combinado de ejercicios y diferentes tipos de terapia, complementado con «neuroestimulación, cámara hiperbárica y mucho tratamiento manual, además de todo un plan de entrenamiento y nutrición adaptado al desarrollo y la recuperación de la lesión».
«Vivo por y para este deporte. En el día a día, me preparo controlando al máximo todas las comidas, realizando dobles e incluso triples sesiones de entrenamiento en pretemporada. Tengo la suerte de que en Andorra puedo practicar mis deportes favoritos como bici o 'skimo' y eso hace que disfrutemos entrenando, pero nuestro método de entrenamiento, especialmente ahora, es muy exigente», prosigue Rins.
Al catalán le encanta «todo del motociclismo, desde los nervios antes de la salida hasta las agujetas después de un día eterno de test». «Pero quizás lo peor de nuestro deporte es el riesgo tan elevado de lesión que tenemos y sobre todo el hecho de verte apartado del deporte que más te gusta», advierte.