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La odisea de Dominik y Kati, los 'dakarianos' de Cala Rajada

Tras 36 largas horas y dos noches al raso, el equipo con base en Mallorca alcanza el campamento y sigue en carrera, pero con el motor de su Suzuki muy tocado

De izquierda a derecha, Lorenzo Fluxá, Dominik Ben y Kati Malicka, junto al resto del equipo técnico del LJS Racing Team y el copiloto Xavi Ribas.

| Palma |

El estreno en el Dakar de Dominik Ben y Kati Malicka, el equipo formados por dos ciudadanos polacos que residen desde hace años en Cala Rajada, está siendo toda aventura. A eso iban. Pero las cosas se les han complicado mucho más de lo que esperaban. Si Lorenzo Fluxá, con quien comparten asistencia, está sufriendo para no perder el ritmo de la caravana, los otros 'dakarianos' mallorquines la perdieron el pasado miércoles, cuando una avería en el motor de su Suzuki Vitara les detuvo en pleno desierto y sin poder finalizar la quinta etapa, antesala de la entrada de la llegada del Dakar al duro 'Empty Quarter'.

Por fortuna, todo ha acabado bien, y este viernes se reencontraron en el campamento que reúne a toda la caravana del rally, en Shubaytah, punto de salida y encuentro tras la sexta y doble etapa, la más larga y maratoniana y exigente de esta edición de la prueba de motor 'off road' más mediática del planeta, en la que Dominik Ben y Kati Malicka debutan también dentro de la categoría Classic.

En plena etapa cinco, entre Al Hofuf y Shubaytah, el motor del Suzuki Vitara número 716 dijo basta. La rotura de la culata provocaba un calentamiento constante y era imposible avanzar. Tanto, que tuvieron que quedarse a solas, en pleno desierto, a la espera de la llegada de las asistencias. Treinta y seis largas horas hasta que entrada la noche del jueves, cuando el grueso de la caravana había finalizado el primer tramo de la etapa doble, llegaba el equipo de rescate de la organización, que tuvo que atender a otros equipos parados en el desierto.

Fuentes de ASO informaron en todo momento a Última Hora del buen estado de salud de ambos, piloto y copiloto, monitorizados vía satélite y con reservas de agua y comida para poder soportar tantas horas de espera sin poder hacer nada para arrancar. Tras ser remolcados hasta el campamento, encadenaron una segunda noche al raso para retomar este viernes la marcha.

Pero las cosas no acabaron de mejorar. La rotura en la culata les llevaba a tener que reponer agua para el motor cada pocos kilómetros, mermando sus opciones y quedando ya definitivamente fuera de opciones en la general, aunque sí pudiendo acabar la etapa y el Dakar. Ya de noche, y después de su aventura, pudieron compartir mesa y experiencias este viernes junto a Lorenzo Fluxá, Xavi Ribas y el equipo mecánico del isleño, que tendrá trabajo este sábado, en la jornada de descanso de Riyadh. A Fluxá le fallaba el alternador y el suministro de energía. Y a Dominik y Kati, seguramente les tendrán que cambiar el motor y hacer una reparación muy a fondo para poder continuar y afrontar la segunda y última semana.

Lo harán desde la posición 72 de la general -cuartos por la cola- tras la sexta etapa, pero enteros y esperan que repuestos de tantas emociones y percances en un sábado que aprovecharán para descansar lo que puedan para seguir adelante con el sueño que Dominik y Kati, dos mallorquines de adopción plenamente integrados en la Isla, comparten: llegar el día 19 a Yanbu y decir que han podido acabar el Dakar. Su primer Dakar.

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