El piloto español de MotoGP Álex Rins, que en 2024 cambiará la Honda del Team LCR por la Yamaha oficial, aseguró que con su experiencia y con la del campeón mundial Fabio Quartararo pueden «aportar mucho» a la evolución de la nueva Yamaha, que probó en el test de postemporada en Valencia pero sin apretar ni testear 'settings' ya que estaba recién recuperado de la larga lesión que le lastró en este campeonato.
«Tanto el equipo y los técnicos japoneses como yo mismo acabamos muy contentos de cómo había ido en ese test. Creo que, con mi conocimiento y con el de Fabio Quartararo, que lleva ya tantos años trabajando para una marca como es Yamaha, podemos aportar mucho de cara a la evolución», manifestó en declaraciones facilitadas por Estrella Galicia 0,0.
Sobre esas pruebas, las primeras con la Yamaha, reconoció que fue «todo genial» aunque por muy poco tiempo. «Al final fue sólo un día, en realidad solo cinco o seis horas de test real. Dimos unas 60 vueltas adaptándome a la moto, probando cosas, aunque no muy importantes porque, al final, saliendo de una lesión de tantos meses parado, no tenía sentido comenzar a probar 'settings'», reconoció.
«Tomamos el día más para adaptarme a la moto, coger experiencia con una moto totalmente diferente, un equipo humano y una forma de trabajar distintos respecto a 2023, y acabé muy contento. Me pude adaptar a la moto, estuvimos trabajando mucho en la electrónica para intentar hacer la moto a mi estilo de pilotaje y poder controlar la moto de la manera que me gusta. El meeting final que tuvimos al acabar el test fue muy positivo», se sinceró al respecto el piloto de Barcelona.
De cara al Mundial 2024, aseguró que su objetivo es llegar al cien por cien al arranque. «Estamos a punto de tocarlo a nivel físico. Subimos a la moto en febrero en los test de pretemporada en Sepang y la verdad es que tengo muchas ganas. Estoy con muchas ganas de ver qué es lo que traen y de ver cómo se comporta la moto en la pista. Es una moto completamente diferente y tengo ganas de ver las opciones reales que tenemos», aseguró.
Rins visitó la exposición permanente de MEGA (Museo Estrella Galicia) en A Coruña, en la que posó junto a 'su' Suzuki, e hizo una valoración de un 2023 «agridulce» en el que ganó un Gran Premio, el de Las Américas --único éxito para toda la fábrica nipona--, y también sufrió una complicada lesión que le condicionó el resto del campeonato, con doble fractura de tibia y peroné en la pierna derecha.
«Sí, aquella fue una victoria por todo lo alto», rememoró sobre el triunfo en Las Américas. «Logramos la victoria en Austin en la que solo era la tercera carrera y con un equipo nuevo además de satélite, y veníamos de muchos años sin ganar Honda con un piloto que no fuera Marc Márquez. La verdad es que fue algo espectacular», reconoció.
No obstante, la fuerte lesión sufrida en Italia cambió sus planes de proyección. «Recuerdo que veníamos con un ritmo muy bueno, me sentía muy bien encima de la moto hasta Italia, donde tuve el accidente y la posterior lesión de tibia y peroné. No es que la lesión se complicara, sino que fue muy grave. Entonces, a mí personalmente, me costó bastante tiempo darme cuenta de la gravedad de la lesión que había tenido», lamentó.
«Mi cabeza me ponía una fecha de vuelta a la competición, pero, cada vez que se acercaba esa fecha, se tenía que posponer porque no estaba todavía consolidada la fractura hasta prácticamente el final de temporada», añadió. «Volvimos para la última carrera, que fue en Valencia, y cada vez que me subía a la moto, me iba encontrando mejor. Valencia era una prueba importante porque teníamos tres días de moto, uno de descanso y después, el martes, el día de test con el equipo y la moto nuevos. Fue curioso porque el dolor fue de más a menos, cuando debía ser al revés», apuntó.
Por otro lado, en cuanto al patrocinio de Estrella Galicia 0,0, celebró tener a un socio tan fiable y fiel a su lado. «Aporta mucha estabilidad y confianza. Al final, estamos juntos desde mis inicios en el Campeonato del Mundo, en Moto3, y hemos pasado por tres años en el equipo de Monlau con Emilio Alzamora, después con el equipo de Sito Pons en Moto2 y más tarde seis años con Suzuki en MotoGP, un año en Honda, ahora con Yamaha y la verdad es que lo aprecio muchísimo porque hemos tenido momentos buenos, y no tan buenos, y siempre han estado ahí apoyándome», celebró.