Siete etapas a lo largo y ancho del desierto, a bordo de un Seat Marbella 1991. Ese es el reto que el mallorquín Jaume Gual y su amigo y compañero de aventura, el asturiano Ángel Moro superaron y vivieron en su debut en el Panda Raid, una prueba exclusiva para este tipo de vehículos, que reunió a unos 300 equipos en Marruecos, alcanzando la meta de Marrakech tras una intensa semana.
Todo arrancó en el Puerto de Nador, previo paso por Almería, con la ayuda del 'Roadbook' y la brújula como instrumentos indispensables para completar las diferentes jornadas, en las que la destreza y la habilidad para orientarse son claves para lograr la meta. Y llegar a la misma, tras la última etapa: Tansikht-Ouarzazate-Marrakech. Gual y Moro formaron el equipo 'The Sand Runners' y la cuota isleña en la edición de 2023 del Panda Raid.
Una prueba en la que cada etapa es completamente diferente, en cuanto a terreno y kilometraje, por pistas y zonas de arena en Marruecos, epicentro de la prueba, tipo su desafío personal para Jaume Gual y su compañero Ángel Moro, de 23 y 24 años, respectivamente, que se conocieron en Múnich realizando un Erasmus. Ingeniero biomédico (Jaume) e industrial (Ángel), tiraron de ingenio e ilusión pese a un problema mecánico que no les impidió alcanzar su meta: acabar.
«Ha sido toda una experiencia», aseguraba Gual, quien sufrió un episodio de deshidratación durante jornadas en las que soportaron temperaturas de hasta 45 grados. «Bebíamos entre 6 y 7 litros diarios de agua, y para comer lo hacíamos bien por la mañana y la noche, aunque a mediodía iba en función de cómo llevabas la etapa», proseguía, a la vez que confesaba que hubo momentos «en que lo pasabas un poco mal, pero la sensación general fue de disfrutarlo y hace que los olvides», explicaba a su vuelta de Marruecos.
La «paciencia» ante jornadas maratonianas fue clara para los integrantes del equipo 'The Sand Runners', con el que Jaume y Ángel vieron culminadas muchas horas de dedicación y trabajo al rebasar la última meta. «Fue una satisfacción enorme», confiesa Gual, que agradeció los apoyos recibidos por amigos y las marcas que se sumaron al reto del Panda Raid, que vivieron a bordo del Seat Marbella al que bautizaron con el nombre de 'Bolacha' (galleta en portugués).
La participación de Gual y Moro fue realidad gracias al apoyo de particulares, firmas y empresas que se han sumado al proyecto. Es el caso de Baleària, Vg Disseny, Iurisconcept, BeSocialProject, Impresrapit, el Colegio Luis Vives, Carrillo, Puya Capital, Última Hora o el doctor Javier Collado, además del inestimable apoyo técnico de Kiko Gual, padre de Jaume y uno de los puntales en el tema mecánico dentro de este sueño hecho realidad para dos debutantes que lograron su objetivo sin apenas experiencia en este tipo de pruebas. Ahora, toca descansar y mirar su coche con el reto de repetir en 2024.