No subía a lo más alto del podio desde San Marino 2019, pero en un trazado mítico como Le Mans, Augusto Fernández (Red Bull KTM Ajo) volvió a alzar los brazos casi tres años después. Lo hizo con autoridad, firmando un triunfo en solitario y 25 puntos que permiten al piloto mallorquín meterse de nuevo en la pelea por el título de Moto2, «el gran objetivo de esta temporada», refería el titular de la moto número 37 en la cilindrada intermedia.
«Nos hemos enganchado al campeonato», destacaba Augusto durante el encuentro con los medios celebrado en la sede de Garden Hotels, en Inca. «Fue brutal, estoy muy contento porque tras un inicio difícil, al fin han llegado los resultados», refería el balear, quinto en la general del Mundial de Moto2 tras siete Grandes Premios. Fue la culminación de su mejor fin de semana «pues hasta ahora siempre me había ido bien, salvo en carrera. Pero en Le Mans corrimos a un ritmo muy alto», admitía, a la vez que confesó que se ha quitado «un peso de encima» con este triunfo y su primer podio y gran éxito con KTM, tras ser cuarto en Catar y Jerez.
Eso sí, mantiene el discurso prudente y la línea de regularidad como clave para pelear por el Mundial. «El objetivo es ganar el Campeonato del Mundo y sumar, cuanto más mejor, pero siempre con cabeza», explicaba, recordando que la victoria en Le Mans, pese a ser en solitario y con margen, no fue tan fácil como parece, más en unas condiciones de altas temperaturas. «Pedro (Acosta) y yo tirábamos muy fuerte, íbamos a nuestro ritmo. Cuando él se cayó, no era consciente de la distancia con el resto y necesité dos vueltas para saberlo», relata, añadiendo que tuvo que concentrarse al máximo «hacer un ritmo cómodo y no cometer errores... Aunque lo gestioné bien», afirmaba, pues tuvo que afrontar «muchas vueltas rodando solo, y notaba que el tiempo no pasaba, pero con el paso de los giros noté buen 'feeling' y eso me fue bien».
La victoria fue también recibida con felicidad en el box del Red Bull KTM Ajo, algo que refuerza la moral del piloto y su estructura. «Siempre hemos creído y sabido que el potencial estaba ahí, desde la pretemporada... Pero no nos salían las cosas. Los domingos no encontrábamos las sensaciones de los entrenamientos y era una cuestión de tiempo. Y una victoria así, había que disfrutarla y celebrarla», aseveraba Augusto, acompañado por su padre en su cita con los medios mallorquines, dejando a la vez claro que, estos 25 puntos, «ponen fin a una primera parte de temporada dura y con un buen resultado como este, te enganchas a la cabeza, más cuando fallaron otros pilotos que estaban por delante en la general», continuó Fernández.
Y, mirando de reojo al futuro y al posible salto de MotoGP, Augusto, de 24 años, valoró el terremoto que ha supuesto en el 'paddock' el anuncio de la salida de Suzuki. «Es un año en el que sabíamos que habría movimientos de cara a 2023. Pero ahora será todo más complicado, aunque nosotros tenemos que seguir trabajando para tener la puerta abierta de MotoGP», dijo al respecto el único balear de los cuatro en liza en el Mundial de velocidad que compite en Moto2.