La afición mallorquina pudo, siguiendo las medidas sanitarias previstas por la COVID-19, celebrar junto a su nuevo ídolo el título de campeón del mundo de MotoGP. Joan Mir quemó rueda en el Circuit Mallorca de Llucmajor como antesala de la caravana que le acompañó y le escoltó en su camino hacia el Consolat de Mar, epicentro del homenaje institucional brindado al deportista de moda por las autoridades isleñas, con la presidenta del Govern, Francina Armengol, al frente.
Frente al Consolat, Mir saludó a los centenares de aficionados que le arroparon en un acto que el piloto espera poder repetir más adelante para celebrar su gesta. El cariño de la afición mallorquina fue agradecido por el piloto de Suzuki, que agradeció de nuevo el seguimiento en su tierra natal ante las principales autoridades políticas de Mallorca y Baleares en el último de los actos previstos en una jornada en la que atendió a los medios de comunicación y pudo tomar contacto de nuevo con Mallorca.
Tanto el Govern como el Consell Insular de Mallorca, el Ayuntamiento de Palma, el Parlament y la Federación Balear de Motociclismo han hecho entrega a Mir de varios obsequios como homenaje a su victoria. El piloto ha cerrado el acto con unas palabras de agradecimiento a la sociedad balear por su apoyo.
En la recepción han participado, entre otras autoridades, el presidente del Parlament, Vicenç Thomàs, la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, el alcalde de Palma, José Hila, la delegada del Gobierno, Aina Calvo, y los portavoces y diputados de varios grupos parlamentarios. Por parte del Govern también ha estado presente el director general de Deportes, Carles Gonyalons.
Joan Mir se ha alzado con el título en Moto GP solo cinco años después de participar en su primer mundial y después de proclamarse en 2017 campeón en la categoría de Moto3.
Desde los 11 años, Joan Mir fue alumno del Centro de Tecnificación Deportiva de Baleares. Solo un año antes empezó a competir en moto y a ganar sus primeros títulos.