Este fin de semana se celebra el Gran Premio de Malasia de MotoGP. Un GP que se celebra en el circuito de Sepang y en el que el español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) llega con el mismo objetivo que en las últimas cinco carreras, volver a ganar le pese a quien le pese. Pero en esta ocasión el escollo que pueda representar el italiano Andrea Dovizioso (Ducati Desmosedici GP19) sea significativamente más complicado.
Cierto es que el pasado año en Sepang la victoria fue para el seis veces campeón del mundo de MotoGP, que acumula nada menos que once victorias, las últimas cinco consecutivas y en el resto de carreras, salvo Austin, su peor resultado es segundo -cinco-, una estadísticas deportiva al alcance de muy pocos a lo largo de la temporada, por lo que en cualquiera de los casos él es el piloto de referencia en todo momento.
Y lo es, además, porque como él mismo ya ha explicado en varias ocasiones a lo largo de la temporada, siempre está peleando por la victoria y, si no puede conseguirla, siempre piensa en el podio como objetivo. Tan sencillo y tan directo y, para muestra, sólo hay que mirar sus casillas, carrera por carrera, en lo que va de campeonato.
Pero también es cierto que el largo trazado del circuito de Sepang, de 5.548 metros y dos inmensas rectas, es un escenario bastante propicio para que las Ducati desplieguen su potencial, en particular Andrea Dovizioso, quien desde la victorias de Austria anda un tanto desdibujado, con un segundo como mejor resultado, en Aragón, y un tercero en Japón.
Dovizioso sabe lo que es ganar en Malasia, pues lo hizo tanto en 2017 como en 2016, y seguro que el piloto de Forlí se quiere despedir de la temporada con alguna victoria que le «endulce» su tercer subcampeonato mundial tras un imbatible Marc Márquez.
Ellos deben ser figuras destacadas del fin de semana en Sepang, aunque no serán los únicos, puesto que el malasio es un trazado que no se le da mal tampoco ni a las Suzuki ni a las Yamaha y en el caso de estos últimos, tanto Maverick Viñales como el francés Fabio Quartararo, el primero por su caída al final de la carrera y el segundo por el percance involuntario en el que se vio envuelto al ser embestido por el cuerpo del italiano Danilo Petrucci en su caída, seguro que querrán resarcirse de alguna manera.
Y ellos saben que, aunque complicado, la mejor manera de hacerlo es batir al casi invencible piloto de Repsol Honda, antes de que concluya la temporada para comenzar a preparar la siguiente con el mejor sabor de boca posible, si bien es cierto que ese es un objetivo harto complicado.
En cualquier caso, tanto Viñales como Quartararo intentarán estar al nivel de Márquez, como también los representantes de Suzui, Alex Rins y Joan Mir, a los que en Australia les faltó sólo un «pelín» para estar con mayor consistencia en la pelea por el tercer peldaño del podio, que se disputaron hasta ocho pilotos y acabaron con 1,5 y medio entre todos ellos.
En ese grupo de pilotos, además de Alex Rins y Joan Mir, estuvieron el propio Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1), que llegó a liderar la carreras, y el español Alex Espargaró (Aprilia RS-GP), que estuvo en las posiciones de cabeza durante un buen espacio de tiempo, si bien ambos acabaron en las posiciones más atrasadas al final de la prueba.
Pol Espargaró continúa con su trabajo de evolución con la KTM RC 16, como también el francés Johann Zarco en su proceso de adaptación a la Honda RC 213 V del japonés Takaaki Nakagami, que pilotará hasta el final de la temporada, mientras que el caso de Jorge Lorenzo es bien distinto sobre la Repsol Honda RC 213 V.
A Lorenzo no se le ve fino en ningún momento y no es el que era. Sólo él sabe cual es la vía para mejorar o para salir del trance en el que se encuentra pero, en cualquier caso, su situación es harto complicada y, lo que es peor, no parece tener visos de solucionarse de una manera clara.
En cuanto a Tito Rabat (Ducati Desmosedici GP18), comenzó el trío de carreras por Asia lesionado de una mano por una caída mientras se entrenaba que incluso le obligó a pasar por el quirófano y lejos de ir a mejor, su estado físico parece haberse estancado y los máximos responsables del equipo ya valoraban en Australia que no disputase la carrera de Malasia, pero no será hasta el jueves que se sepa la decisión última del piloto.