Jorge Lorenzo sufre una fisura en la costilla derecha que se produjo durante los entrenamientos del Gran Premio de Catar, donde disputó la carrera con esta dolencia. El piloto de Honda ha pasado este martes las pertinentes pruebas médicas que le han diagnosticado una dolencia que en principio no le apartarán de la próxima prueba del Mundial en el Gran Premio de Argentina, que se disputará entre el 29 y el 31 de marzo.
Jorge Lorenzo tuvo un fin de semana accidentado en el circuito de Losail, donde sufrió varias caídas en las sesiones previas a la carrera, aunque la peor resultó la primera de las dos sufridas durante el sábado. Una caída de 'high side', la primera, que marcó su rendimiento en el resto del fin de semana. El diagnóstico que el propio piloto compartió revela que necesita entre tres semanas y un mes de recuperación, aunque también reflejó que «lucharemos en Argentina».
El piloto mallorquín acabó en la decimotercera posición en el Gran Premio de Catar y lamentó que «tres puntos no son el debut soñado». Si bien agregó que haber sido «desafortunados en muchos sentidos, ha venido todo de golpe, pero dentro de lo desafortunado podría estar mucho peor físicamente».
«El resultado es decepcionante porque no es el debut soñado y tenemos que tener en consideración tantas cosas negativas que han influido en este resultado que al final terminar la carrera con esas condiciones tan críticas no está del todo mal», resaltó el piloto de Repsol Honda.
«Todo se ha complicado después de la caída ya que no he tenido las mismas sensaciones, la misma potencia física que antes y nunca he ido igual de rápido», reconoció Jorge Lorenzo, quien recalcó que «teniendo en cuenta todo eso y los problemas de embrague que hemos tenido en la salida y en las tres o cuatro primeras vueltas, hemos terminado, hemos cogido tres puntos, no es lo que queremos, pero creo que estamos muchísimo mejor que esa decimotercera posición».
Al explicar los problemas de embrague explicó que se lo han modificado «para mejorar ese juego y se ve que con este sistema no aguanta bien». A pesar de todo Jorge Lorenzo sacó la parte positiva de todo y es que la moto le encanta y que es «una moto con la que iré muy rápido», dijo el piloto de Repsol.