El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V), siete veces campeón del mundo, cinco de ellas en MotoGP y tres de manera consecutiva (2016, 2017 y 2018), sigue siendo el «rey» en la categoría reina del motociclismo mundial, y por tanto el piloto a batir, a pesar de todas las «elucubraciones» que se puedan realizar analizando los resultados de la pretemporada.
Ni la intervención quirúrgica en el hombro, a la que se sometió el pasado 4 de diciembre, ha podido frenar los ímpetus y ansias del ilerdense de Cervera por mantener su hegemonía en el motociclismo mundial, y menos tras comprobar que, a pesar de quedar todavía trabajo por delante, la Repsol Honda RC 213 V de 2019 se acerca y mucho a los estándares perseguidos por él en temporadas anteriores. Su hombro, que le molestó en las pruebas de Sepang (Malasia), donde él confesó que no era capaz de dar más de cinco vueltas seguidas sin molestias, dejó de hacerlo en la siguiente convocatoria, una semana antes del inicio del mundial en el circuito qatarí de Losail.
«Puff» y de Sepang a Losail desaparecieron los dolores en el hombro izquierdo que tantos problemas le dio en el pasado. Superado el problema físico, restaba por conocer cómo serían los problemas técnicos y en ese caso, también, cara de satisfacción de Marc Márquez, quien sin marcar la pauta al final de las distintas sesiones de entrenamientos de la pretemporada, siempre ha estado «ahí», entre los mejores.
Por eso, sólo por eso, y obviamente por sus cinco títulos mundiales de MotoGP en seis años, Marc Márquez ya merece que se le cuelgue la «vitola» de referente de la categoría una temporada más, aunque su compañero de equipo, nuevo esta temporada tras la retirada de Daniel Pedrosa, el mallorquín Jorge Lorenzo, no parece que se lo vaya a poner fácil.
En el caso de Lorenzo, su fractura de escafoides de la mano izquierda le ha mermado notablemente en la pretemporada, lo que al final no le impidió dar un paso de calidad para acabar entre los mejores justo antes del inicio de una campaña, la de 2019, que se presume como una de las más igualadas de los últimos años.
El equipo Repsol Honda es, con diferencia, el más «fuerte» de la formación de salida de MotoGP, con doce títulos mundiales entre sus dos pilotos, pero no parece que ni los oficiales de Yamaha, el español Maverick Viñales y el italiano Valentino Rossi, ni los oficiales de Ducati, los italianos Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci, se lo vayan a poner demasiado fácil.
Viñales, siempre fuerte en pretemporada, parece haber conseguido que los ingenieros de Yamaha sigan en gran medida sus indicaciones para evolucionar una moto, la YZR M 1, que en las últimas temporadas ha dado «la de arena» y necesita dar «la de cal». Sus pilotos no terminan de estar contentos con la moto, aunque al menos sí parecen haber dado un importante paso técnico adelante, sobre todo si se tiene en cuenta que en los últimos entrenamientos de Losail hubo tres Yamaha entre los seis primeros y dos de ellas, las de Maverick y el francés Fabio Quartararo, al comando de la tabla de tiempos. El caso de Valentino Rossi sigue siendo distinto y el transalpino continúa sin estar contento con la moto, aunque «espera y desea» que Maverick Viñales acierte con el camino que parece estar marcando dentro del seno de la fábrica de Iwata. La edad, con 40 años cumplidos (16 de febrero), podría ser un inconveniente más que lógico para que Valentino Rossi no alcance el máximo esplendor una temporada más, y con ello su décimo título mundial, pero eso no se confirmará hasta que la sentencia inexorable de los resultados en carrera marquen el devenir de su rendimiento durante la misma, que para muchos, a pesar del gran mérito que tiene «haber llegado hasta aquí», al final dictará sentencia.
Ducati se lo tomó con calma al final de la pretemporada pero nadie duda de que, desde el principio, estarán delante tanto Andrea Dovizioso como Danilo Petrucci, y no serán los únicos, pues entre las sorpresas dos destacan sobre manera por delante del resto, el francés Fabio Quartararo con una Yamaha y el australiano Jack Miller sobre una Ducati.
Quartararo y Miller podrían tener sus «minutos de gloria», pero por delante de ellos deberían estar pilotos oficiales como Alex Rins, quien el año pasado ya sorprendió por su rendimiento al final de la temporada y lo ha vuelto a hacer durante los entrenamientos de invierno, como también Pol Espargaró con la edición 2019 de su KTM RC 16, aunque quizás todavía esté algo lejos de las grandes marcas de la categoría, Repsol Honda, Yamaha y Ducati.
Entre los debutantes, quien más llamó la atención por su rendimiento fue Fabio Quartararo, pero tampoco lo hicieron mal ni el mallorquín Joan Mir, al manillar de la Suzuki GSX RR, ni el italiano Francesco «Pecco» Bagnaia, campeón del mundo de Moto2 en 2018 y ahora con una Ducati Desmosedici GP18 de la escudería Pramac.
Aleix Espargaró lo tendrá algo más complicado como piloto oficial de Aprilia, pues la RS-GP no parece haber avanzado en la misma medida que sus competidores y todavía se encuentra un par de pasos por detrás, sin que la llegada del italiano Andrea Iannone parezca suponer el revulsivo necesario para aproximarse a «los de cabeza».
Tito Rabat, prácticamente recuperado de su grave lesión de la pasada temporada en Inglaterra parece contar con las armas necesarias, Ducati Desmosedici GP18, como para poder avanzar en la clasificación y situarse en el que debiera ser su sitio destacado, tras los pilotos oficiales.