El portugués Miguel Oliveira (KTM) consiguió para el motociclismo portugués su primera victoria en el campeonato del mundo al vencer en el Gran Premio de Italia que se disputó en el circuito de Mugello en un apretado esprint final al británico Danny Kent (Honda) y el italiano Romano Fenati (KTM).
Danny Kent continúa como líder del mundial y aumenta su ventaja hasta los 46 puntos (llegó a Italia con 37 puntos de diferencia) respecto al italiano Enea Bastianini (Honda), quien sólo pudo lograr la quinta posición.
Una vez más, nada más apagarse el semáforo, el autor del mejor tiempo de entrenamientos y líder del mundial, el británico Danny Kent, tomó el mando de la carrera, aunque enseguida se puso tras su estela el italiano Romano Fenati (KTM) y ambos protagonizaron desde los primeros compases un espectacular duelo de adelantamientos al que se sumó el también italiano Francesco Bagnaia (Mahindra).
Pero la batalla no había hecho más que comenzar y junto a ellos estaban otros aspirantes a la victoria de la talla de los checos Jakub Kornfeil (KTM) y Karel Hanika (KTM), o los también italianos Niccolo Antonelli (Honda) y Enea Bastianini (Honda). Isaac Viñales (Husqvarna) era el mejor español en la undécima posición.
A ritmo de vuelta rápida ya desde la segunda vuelta Danny Kent intentó tirar al frente de la carrera para escaparse, pero en un trazado como el de Mugello se formó un grupo de ocho corredores que se «engancharon» al liderato y abrieron tierra de por medio respecto a sus perseguidores, con vueltas rápidas sucesivas de Fenati, Kornfeil y el surafricano Brad Binder.
Detrás de ellos, un grupo mucho más multitudinario y encabezado por el español Efrén Vázquez (Honda), luchó por no perder comba con el grupo de cabeza, en el que tiraban Fenati y Bagnaia, pero que no pudo evitar que se uniesen el resto de pilotos, en lo que representaba una vuelta al comienzo.
Así, antes de llegarse al primer tercio de la carrera ya estaban al frente de la misma un grupo de hasta dieciocho pilotos con todos los favoritos a la victoria en él y con un Danny Kent, líder del campeonato, que parecía no querer tener problemas y dejaba hacer a sus rivales desde una discreta décima posición.
Emparejado entonces con el francés Fabio Quartararo (Estrella Galicia 0'0 Honda), quien se fue al suelo poco después, sin posibilidades de continuar y que por segundo gran premio consecutivo se quedó sin puntuar.
El ritmo impuesto fue dejando atrás a algunas de las unidades del grupo, que quedó reducido a trece pilotos y con el portugués Miguel Oliveira (KTM) tirando en cabeza del mismo en ese momento, pero los cambios y los adelantamientos fueron una constante prácticamente durante toda la carrera, sin que ninguno de sus protagonistas cediese un milímetro al rival.
Como suele suceder en la carrera de Mugello, el grupo se iba a jugar las posiciones en una última vuelta de infarto, en la que entró como líder de la carrera Miguel Oliveira pero con todos sus rivales a rebufo.
Así, en la apurada de frenada de final de recta se colaron al portugués tanto Romano Fenati como Francesco Bagnaia, pero Oliveira les devolvió a ambos el adelantamiento poco después y aún con varios kilómetros por delante de carrera intentó mantener su posición de privilegio.
En la comprometida curva de entrada a la recta de meta, Bucine, Miguel Oliveira supo aguantar el tipo a todos sus rivales y adjudicarse una victoria que es la primera del motociclismo portugués y que le permite ascender desde la octava a la cuarta posición del campeonato.
El mejor español en Mugello acabó siendo Jorge Navarro (Estrella Galicia 0'0 Honda), en la séptima posición, con Isaac Viñales (Husqvarna), octavo, y Jorge Martín (Mahindra) decimoséptimo, que representa la séptima carrera de la más pequeña de las categorías en la que no se registra una victoria española, desde Malasia en 2014, cuando ganó Efrén Vázquez (Honda).
María Herrera (Husqvarna) fue la mejor fémina en la vigésimo primera posición, con Ana Carrasco (KTM), vigésima quinta, en tanto que Juanfran Guevara (Mahindra) y Efrén Vázquez (Honda) no pudieron acabar la carrera al sufrir sendas caídas.