Jorge Lorenzo no para ni en vacaciones. El campeón del mundo de MotoGP llegó ayer a su tierra natal para disfrutar de unos días junto a su familia, y no desaprovechó la oportunidad de ponerse a las órdenes de su padre, Chicho, para trabajar y no perder el tono sobre la moto pese a las fechas navideñas. El piloto de Yamaha quiso conocer de primera mano y calibrar sensaciones sobre la pista de tierra del anillo exterior del Hipódromo de Son Pardo, en la que practicó habilidades y la técnica del derrapaje, además de coincidir de nuevo con su buen amigo, el también mallorquín y piloto oficial de Kawasaki en el Mundial de Supersport, David Salom, y algunos de los alumnos de la escuela Lorenzo Competición, que dirige su progenitor.
Ante una enorme expectación mediática y de aficionados que no quisieron perderse la ocasión de ver de cerca a Jorge, el mallorquín rodó sobre una pista que le permite practicar el 'Dirt Track' y que podría ser escenario habitual de sus entrenamientos sobre tierra, una superfície en la que tuvo la ocasión de progresar durante su visita al rancho de Kenny Roberts, en Estados Unidos.
Tanto Jorge como Chicho se mostraron agradecidos por la colaboración mostrada por parte del Govern y del Institut de l'Esport Hípic de Mallorca, en especial a Diego González y Antoni Nadal, a la hora de poder disponer del recinto -tiene previsto volver a ejercitarse esta mañana-, que ofrece una pista rápida y poco habitual en la isla para esta especialidad.
Objetivos
Lorenzo, Salom y el resto de participantes en la tanda de entrenamientos perfeccionaron su técnica sobre tierra, con ejercicios de habilidad y derrapaje a lomos de unas motos preparadas para la ocasión, con las ruedas traseras lisas que facilitan la labor para la que se prepararon ayer.
Chicho Lorenzo planteó a los gestores de Son Pardo la posibilidad de realizar una serie de mejoras para adecuar la pista a un uso motociclista, compartido con el hípico habitual, como la creación de un óvalo de menor tamaño e interior. «La pista se presta y es ideal para entrenar con este tipo de motos», explicaba el padre del piloto de Yamaha, que diseñó un plan de trabajo que agradó a su hijo y alumno más aventajado, y que realiza gestiones para poder abrir una nueva escuela en Manacor, para lo que se citará en breve con el Consistorio de la capital del Llevant.
Jorge Lorenzo no descuida su puesta a punto, con los entrenamientos de Sepang (febrero) como primera toma de contacto con la nueva Yamaha M1. «Este tipo de trabajo te da más sensibilidad para controlar la moto, en especial con la rueda trasera», explicaba el piloto, quien comentó que «es un buen sitio para derrapar. Pienso que tener una preparación y un entrenamiento variado y completo es lo ideal».
Antes de iniciar unas merecidas vacaciones en Punta Cana, el nuevo número uno de MotoGP apura su tiempo en Mallorca para estar con los suyos y recibir los consejos de Chicho, antes de encarar la pretemporada de un 2011 en el que defiende título y que se plantea «difícil, para mí y todos los que tenemos este objetivo. Repetir la puntuación de 2010 será complicado, pero con ser campeón del mundo ya me conformo», añadía el balear, que al año que se avecina le pide «salud. Sin eso, no eres nada».
Regresar a Mallorca le supone a Jorge volver a sus raíces. Y ahí, las motos y su familia son dos pilares indispensables.