Viernes, entrenamientos libres, primera toma de contacto. A menos de 48 horas para el momento más esperado, Jorge Lorenzo monta sobre su Yamaha M1 y vive su primera toma de contacto con un escenario que le trae buenos recuerdos. Su primera 'pole' o un título mundial son argumentos de sobra para ilusionarse cada vez que pisa suelo malayo y en la que, tras los primeros entrenos, se mantiene en la primera línea, a poco más de una décima de Valentino Rossi y en la misma que Andrea Dovizioso.
La carrera es lo que le vale, y sumar los siete puntos que le permitan salir de Malasia con su tercer título mundial, el segundo en la máxima categoría para el motociclismo español. Y un sueño hecho realidad.
Ayer tocó rodar en seco, hoy (7:55, hora española), en los oficiales, puede que sea sobre mojado. La lluvia amenaza el cielo de Sepang y podría ser la protagonista el día de la carrera (10:00, en España, La 1). Pero Lorenzo sabe que no es necesario arriesgar, que un noveno basta y que hay que disfrutar del momento, de las sensaciones previas al Gran Premio más esperado de toda una vida.
Jorge se reservó, agotando el cada vez más castigado viejo motor de su Yamaha y manteniendo las distancias. Era Stoner -a la postre cuarto- el que avisaba primero, con el 99 desde lejos controlando cada movimiento de sus potenciales rivales. En 2:03 medios se movía el balear, que se acercaba cada vez más al australiano, hasta que en su sexto giro (2:03:301), aunque a falta de un cuarto de hora, tomaba la delantera. Enseguida se sintió celoso Valentino, rozando la barrera del 2:03, y a Dovizioso se le empezaba a notar el buen ritmo que le llevaría a escalar posiciones vertiginosamente.
Rossi era el primero en bajar de 2:03 (2:02.985), pero en cuestión de segundos, Dovizioso le reventaba la fiesta (2:02.833). En el giro 13 del mallorquín fijaba el que sería su crono de referencia (2:02.898). Se quedó en tercera posición, y de ahí no se movió. La batalla era entre dos italianos que pujan por despedir el año lo más alto posible, Rossi y Dovizioso, actores secundarios de una guerra en la que falta uno de sus contendientes (Pedrosa), y en la que Lorenzo y Yamaha tienen mucho trabajo por delante en cuanto a velocidad (la del balear fue la mejor moto de su marca, con la octava mejor media 306'7 km/h), aunque no era el momento de arriesgar..
Desde ese punto, el guión apenas se alteró. Nada en cabeza. Rossi se llevaba el mejor crono (2:02.724), con Dovizioso (2:02.833) y Lorenzo (2:02.898) como compañeros en una primera línea que podría quedar así si la lluvia comparece en los entrenamientos oficiales. Los últimos de Jorge como aspirante al título mundial de MotoGP. Un sueño que es cuestión de horas.