Llegó casi la última, pero es la que más jugo le está sacando a la experiencia olímpica. Un debut «que es un sueño hecho realidad» y que llegará en la madrugada española del viernes 30 (3:25 hora peninsular, 10:25 en Tokio) en las series de los 800 metros. «La motivación está acompañada de la mejor forma de mi vida», confiesa Natalia Romero, la atleta jiennense que desde hace años reside en Mallorca y ejerce como docente en la Facultad de Fisioterapia de la Universitat de les Illes Balears.
Con su marca de referencia de los nacionales, esos 2:02.26 que le dieron el título y la plaza olímpica vía ránking, Romero tiene claro que «voy a disfrutar del momento y a esforzarme para conseguir mi mejor marca personal. Dependerá mucho de cómo sea la carrera, si la hacen lenta o no, pero si vamos rápido, ¿por qué no pensar en pasar a semifinales», refería Romero desde la Villa Olímpica, donde vive unos días mágicos, «lo que te cuentan, es así. Te encuentras con estrellas de otros deportes y el ambiente es espectacular», afirma.
Los tests previos ya en Tokio dan «buenas referencias» a Natalia, que va «día a día» y mirando de cuidarse al máximo para llegar al momento soñado en las mejores condiciones. «Son unos Juegos Olímpicos y es una oportunidad única. Hay que aprovecharlos bien, en lo personal y en lo deportivo», explica la atleta, de 32 años y que, una vez regrese a España, viajará para reencontrarse con su familia tras largos meses de preparación.
Empezando por las series, Natalia se tomará su participación «como una final. Cada carrera lo es y lo será aquí para mí. Después, veremos qué pasa en la pista, pero vengo con la moral alta y dispuesta a darlo todo», proseguía, una vez recuperada del cambio horario y adaptada a su residencia provisional de la Villa para estar «a punto y en el momento justo», que será este viernes, a la caza de las semifinales.