Dispuesto a probar en sus carnes eso de que las llamadas camas 'antisexo' de los Juegos Olímpicos de Tokio no resisten los movimientos bruscos el gimnasta norirlandés Rhys McClenaghan decidió hacer una prueba y grabarlo con su teléfono móvil. La prueba del algodón, en este caso, era muy sencilla. El atleta empezó a brincar con bastante impulso sobre su cama. ¿Cuál fue el resultado?
Lo podemos apreciar echando un vistazo a las redes sociales, donde el británico ha publicado un vídeo que capta el momento.
Algunos se preguntan por qué se ha dado el apelativo de 'antisexo' a las camas que la organización de los Juegos Olímpicos de Tokio ha dispuesto para que los deportistas que participarán en la inminente cita olímpica puedan descansar.
Todo radica en la composición de estas camas, que están fabricadas con materiales cien por cien reciclables, entre ellos papel y cartón. Sus fabricantes alertaron que estos elementos no soportarían movimientos bruscos, y ello invitó a más de uno a pensar que de este modo la organización trataba de poner veto a los intercambios amorosos entre deportistas, aun lidiando con la pandemia de coronavirus.
La demostración de Rhys McClenaghan viene a aclarar que estas camas soportan 'algunos' movimientos bruscos. No sabemos cuánto durará su lugar de reposo si sigue saltando de esa forma.