Son dos de las grandes esperanzas del equipo español y la lucha de nuestro país confía en ambos para mantenerse dentro del mapa olímpico. Y en el caso de Baleares, regresar tras las experiencias de Moisés y Fran Sánchez en Atenas 2004 y Pekín 2008. El objetivo de Levan Metreveli y Taimuraz Friev no es otro que estar en los Juegos Olímpicos de Tokio. Y, una vez allí, soñar. Motivos hay, pues Friev se convirtió en 2018 en el primer luchador español capaz de ganar una medalla (bronce) en un Campeonato del Mundo, y hace unos meses se quedó a las puertas de sellar su billete para la capital nipona.
Taimuraz y Levan compiten con licencia balear y ambos lo hacen en la Bundesliga. Friev ya estuvo en Río 2016 y a sus 33 años tiene una cuenta pendiente con el país que le acogió tras buscar una nueva vida al dejar su Osetia natal. «Me gustaría ganar y dar a España una medalla olímpica por lo mucho que ha hecho por mí este país», asegura el referente absoluto dentro de la lucha libre en los 86 kilos.
Metreveli lleva años instalado en la Isla, donde ha formado una familia en la que la lucha se vive con especial pasión. Su esposa, Sara Sánchez, fue internacional y forma parte de una saga irrepetible, y tiene también «el sueño» de ser olímpico. «Es lo máximo para un deportista, solo compiten unos pocos elegidos (16) en los Juegos y me gustaría vivir la experiencia que tuvieron Fran y Moisés», asegura Levan, que defiende el pabellón español en libre 57 kilos.
Por delante les quedan dos últimos cartuchos. Con pocas plazas por repartir, los Preolímpicos europeo (marzo, en Hungría) y mundial (abril, en Bulgaria) focalizan su preparación. Solo sacan pasaporte olímpico los dos finalistas, «pero hay países ya clasificados y tenemos nuestras opciones».
Eso sí, los dos tienen claro que «lo difícil es clasificarse a estas alturas», pero la motivación de poder ganar en Tokio la primera medalla olímpica para la lucha masculina (Maider Unda fue bronce en Londres 2012) «es lo que nos mueve», asegura Levan, quien se quedó en dos ocasiones a las puertas del metal en los Europeos.
Sus éxitos deben servir de reflejo e inspiración para la lucha española, de la que destaca Friev «el nivel que hay en Balears. Sus resultados hablan por sí solos desde hace muchos años», explica. «Hay medallas europeas, dos olímpicos, gente joven y es un lugar ideal para entrenar», añade el deportista de origen osetio, que pasa buena parte del año en su tierra natal, «donde la lucha es el deporte nacional. Por eso, es importante intercambiar y hacer concentraciones, para que España pueda probarse con gente de otros países con más tradición». Igual que en Georgia, el país de origen de Metreveli, donde «la gente entiende de este deporte y se promociona en los colegios. Por eso el nivel es tan elevado siempre». Por eso, Friev espera que su bronce en el Mundial pueda «ayudar».
Levan y Taimuraz centran su preparación en una base física «importante», a partir de la cual «todo se enfoca hacia al tapiz, con combate, técnica y rodaje para estar más suelto en la competición. Estar cómodo, en definitiva», explica Metreveli. También ayuda observar vídeos de rivales, «aunque ya nos conocemos todos y nos estudiamos en el tapiz», añade Friev.
Aunque sus orígenes radican a miles de kilómetros de Mallorca, Friev y Metreveli concentran el grueso de las ilusiones baleares y españolas de contar con representación en el torneo olímpico de Tokio 2020. Un sueño y una lucha que comparten.