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PIRAGÜISMO

Marcus Cooper Walz, a nueve centésimas del bronce en K2 500

El mallorquín y el madrileño Adrián del Río remontan en el tramo final, pero acaban cuartos y a las puertas del podio

Adrián del Río y Marcus Cooper Walz, en plena acción durante la final de K2 500. | Nacho Casares

| París | |

Marcus Cooper Walz acabó cuarto, a nueve centésimas de la medallla de bronce, en la final de K2 500 metros de los Juegos de París, en la que formando pareja con el madrileño Adrián del Río. Los españoles protagonizaron una espectacular remontada final en el último 100 para pelear por el tercer puesto del podio, que al fiinal se escapó por ese escaso margen. La victoria fue para los alemanes Jacob Schopf y Max Lemke, con un tiempo de 1:26.87, por el 1:27.15 de los húngaros Bence Nadas y Sandor Totka, plata, y el 1:27.29 de los australianos Jean van der Westhuyzen y Tom Green, bronce a la postre con nueve centésimas de margen respecto al mallorquín y el madrileño, cuartos y diploma con 1:27.38 pese a su esfuerzo final.

Los alemanes Schopf y Lemke marcaron un fuerte ritmo de salida, poniéndose por delante a la par que Cooper y Del Río perdían terreno y eran cuartos en el arranque y al paso por el 250, donde Hungría y Australia mostraban sus cartas. Pero desde el quinto puesto emergió la tripulación española de Marcus y Adrián con una remontada que les llevó a foto finish. Lo único claro era que Schopf y Lemke eran los campeones olímpicos. Tras unos segundos de incertidumbre, se confirmó el cuarto puesto que se intuía: Hungría se colgaba la plata y Australia el bronce en este K2 500 que promete de cara a Los Ángeles.

El balear y su compañero accedieron por la mañana a la final con el segundo mejor tiempo de su serie y del global de las semifinales, con un registro de 1:27.24, por detrás de los australianos Van der Westhyzen y Green (1:26.85), quedando eliminados en la manga los también españoles Rodrigo Germade y Carlos Arévalo, compañeros de Marcus en el K4 500 que fue bronce el jueves, medalla que se lleva junto al diploma en K2 500 como balance en su tercera participación olímpica. Que deja buenas sensaciones y la puerta abierta para soñar con volver a doblar en Los Ángeles 2028.

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