Casi tres décadas después del último partido de la selección española en Santa Cruz de Tenerife, el esperado regreso al estadio Heliodoro Rodríguez López llega teñido de solidaridad y en un partido oficial en el que la Roja no se juega nada más que el prestigio, ante Suiza, ya clasificada como líder del Grupo 4, a los cuartos de final de la Liga de Naciones.
España es la selección del momento y quiere cerrar un inolvidable 2024 con buen sabor de boca. El éxito de una inmaculada Eurocopa en Alemania, enlazado a la conquista previa de la última edición de la Liga de Naciones, lejos de invitar al conformismo, ha desatado un hambre de éxito aún mayor. En el espejo lo firmado por la ‘generación de oro’ y un reto que parecía inalcanzable (Eurocopa-Mundial-Eurocopa) para un grupo de jugadores que va ampliando con acierto Luis de la Fuente. Con el estreno de Marc Casadó en Copenhague ya son 19 los futbolistas que ha hecho debutar para tener un equipo titular indiscutible y variantes que le han dado rendimiento inmediato ante cualquier inconveniente.
Hasta el punto de que condicionado por las bajas de jugadores de la importancia de Unai Simón, Dani Carvajal, Robin le Normand, Rodri o Lamine Yamal, más la ausencia de inicio de Pedri, Fabián, Nico Williams o Álvaro Morata, De la Fuente logró mantener el gran nivel de juego y resultados con caras nuevas ante Dinamarca, retocando a la España de extremos que conquistó Europa.
Y en Tenerife esperan su primer momento con la absoluta Aitor Paredes y Samu Omorodion, en menor medida Pablo Barrios, el último en ser llamado de urgencia desde la sub-21 por las lesiones de Martín Zubimendi y Álex Baena, más la sanción de Mikel Oyarzabal, tres nuevas ausencias ante Suiza. Provocará que Casadó pase a tomar el mando que pertenecía a Rodri y con su ausencia retomó a buen nivel Zubimendi. Reforzada la inexperiencia de la joven perla barcelonista con Fabián, ya recuperado del virus que le impidió ser titular en Copenhague, y Pedri. El escenario es perfecto para que De la Fuente haga cambios.
La encargada de calibrar todas esas novedades será una selección suiza con la que España se ha visto las caras anteriormente en 26 ocasiones y a la que derrotó La Roja el pasado mes de septiembre por 1-4 en Ginebra. El combinado que dirige Murat Yakin certificó el pasado viernes su descenso de categoría en la Liga de Naciones tras empatar ante Serbia en Zúrich y deberá reponerse del mazazo para tratar de sacar algo positivo de Tenerife.