Cuesta arriba, después del 0-1 de Neyou para el Leganés, con más dominio y sacrificio que juego y tras la salida de Giuliano Simeone al césped en la segunda mitad, logró el Atlético una victoria crucial en el castigado Metropolitano ante un rival que cedió al empuje de los locales (3-1).
En medio de un ambiente enrarecido por la sanción que pesa sobre el club, tras los incidentes del derbi, afrontó el Atlético el encuentro con la necesidad imperiosa de ganar, de sumar tres puntos que maquillasen la goleada recibida en Lisboa, ante el Benfica en Liga de campeones, y el pobre empate ante la Real Sociedad en San Sebastián. Vacío el fondo sur bajo del Metropolitano con una pancarta con el lema 'El fútbol que queremos' en una parte de ese sector, castigado en su totalidad, sin excepción, los violentos y los que no lo son, que también los hay en ese fondo. Una penitencia reducida de tres a un partido por el comité de Apelación.
Con el público celebrando el día de las peñas y llenando el resto del recinto, salió el Atlético dispuesto a dar carpetazo rápido al partido. Con un claro control del balón, pero torpe en los últimos metros, en los que se encasquillaba con la defensa del Leganés. Con Koke, Barrios y Griezmann dirigiendo las acometidas y Correa entre líneas, lo intentaban una y otra vez los rojiblancos. No era suficiente. De hecho, un remate de Sorloth a las manos del portero Dimitrovic fue lo más claro cara al gol en la primera mitad. El nueve no se esperaba el balón y enganchó flojo el esférico.
Con posesión y control para el Atlético, pero con poco peligro y un Leganés tranquilo, se llegó al minuto 34. Raba agarra un balón por la izquierda, cede a Neyou y el camerunés con nacionalidad francesa suelta un derechazo que se cuela por la escuadra de Oblak. Imparable. El tanto descubrió la debilidad defensiva del Atlético en la últimos encuentros. Demasiado libres de marca los dos protagonistas del tanto. Quizá despistado Galán en la tarea de retaguardia.
En cualquier caso, 0-1 y partido cuesta arriba para los locales. Simeone no tardó en agitar el banquillo en la segunda mitad. Lino por Nahuel y poco después, la tripleta argentina, Giuliano, De Paul y Julián Alvarez, por Riquelme, Koke y Correa. Antes, Correa había desperdiciado una ocasión clarísima. Sólo, tras servicio de Griezmann, controló mal el balón y lo envió rozando el poste izquierdo de Dmitrovic. La salida de los tres argentinos afiló el ataque del Atlético, que consiguió hilar algunas triangulaciones. Lino se daño la tibia en una de ellas contra el poste en otra opción de gol. Poco después se lesionó Lenglet en la rodilla derecha en un encontronazo con Witsel en la defensa de un balón.
El panorama se oscurecía para el Atlético y apareció Sorloth. Precioso el recorte de Witsel dentro del área rival, centro y taconazo de lujo del noruego. 1-1 y 20 minutos por delante. El Atlético tenía totalmente embotellado al Leganés, que sufrió un asedio en toda la regla tras el empate. La tuvo de Paul. También Julián Alvarez, pero fue el «Cholito» el que levantó al público de sus asientos. Giuliano agarró un balón que se perdía fuera de banda y lo cedió al área pequeña para que Griezmann embocase a la red. 2-1 y ovación de gala a los dos actores. Al argentino por su lucha incansable y al francés por su perfecta definición. Todavía Sorloth hizo el 3-1. Como Giuliano, también se vistió de héroe.