Desde el pasado lunes, cuando se fracturó la nariz en el partido contra Austria en Dusseldorf, todo en la selección francesa lo marca la evolución de Kylian Mbappé, todavía en duda para la prueba de fuego del subcampeón del mundo de este viernes contra Países Bajos por la clasificación y la primera plaza del grupo D en Leipzig.
Es su capitán. Uno de los mejores del mundo, sino el mejor. El líder del equipo galo. La figura que dimensiona al conjunto de Didier Deschamps a una altura por encima del resto. También un actor imprescindible en quince de los últimos 20 triunfos de Francia; en el más reciente con Austria, cuando desbordó y provocó el gol en propia puerta de Maximilian Wöber, y de muchos en el futuro. Suma 47 goles en 80 duelos internacionales como 'bleu'.
Incluso, en las últimas cinco derrotas, Francia no tuvo al delantero en tres de ellas. Otra evidencia más de la trascendencia del nuevo fichaje del Real Madrid dentro de la potente estructura de su selección, con jugadores de talla mundial, como Antoine Griezmann, pero ante la incógnita del funcionamiento del equipo si finalmente es baja en el choque del viernes.
De momento, su concurso está en el aire. Mbappé retomó este miércoles el trabajo, corrió al margen sobre el césped, se unió a sus compañeros para una ronda de tiros a portería, no hizo ningún movimiento con contacto, no jugó ningún partido... Salió al campo de entrenamiento con un apósito o férula discreto que cubría la nariz dañada, sin la máscara protectora con la que deberá jugar a partir de ahora. Pero sigue en la competición.
Esa es la mejor noticia de todas para Francia. Más allá de si puede o no participar ya contra Países Bajos, incluso si lo hará después frente a Polonia en la última jornada de la fase de grupos, el 25 de junio, continúa en el torneo. De momento no será operado, aunque sí en el futuro, después de los exámenes médicos a los que fue sometido el lunes, para mantenerse al frente de la selección francesa en su afán por ser campeón de Europa.
Necesita más Francia para serlo. Su puesta en escena del lunes contra Austria no fue del todo convincente. Mientras el equipo se congratula de su portería imbatida, también mérito del portero Mike Maignan en un par de acciones, y valora la importancia de lo más crucial del fútbol, la victoria, en su recorrido hasta ella surgen deficiencias y desajustes disimulados por la desbordante jugada de Mbappé en el minuto 38 para promover el 0-1.
Omnipresente N'Golo Kanté en el medio campo, en colaboración con Adrien Rabiot, Griezmann jugó a peor nivel del que acostumbra, Theo Hernández confundió vértigo e imprecisión, Ousmane Dembele no desbordó a nadie, Marcus Thuram no tuvo apenas ocasión y la defensa sufrió en alguna acometida de Austria. Pero ganó. Y suma tres puntos. Otro triunfo lo clasifica matemáticamente. El objetivo inicial.
Aparte de Mbappé, Didier Deschamps, ya por los cien triunfos en 154 partidos con la selección francesa, está pendiente de diversas molestias de algunos de sus jugadores, en principio menores, como William Saliba, sorprendido titular ante Austria; Theo Hernández o Dayot Upamecano. Son tres de los cuatro defensas que surgieron de inicio en el debut del pasado lunes. A los tres, en principio, se les espera este viernes en la alineación inicial. También Olivier Giroud ha arrastrado algunas molestias. Entre él y Kolo Muani optan a suplir a Mbappé.
Hay otro factor más de inquietud para Francia: la diferencia de descanso con Países Bajos. Una distancia de 30 horas entre uno y otro choque, con todo lo que ello supone en el deporte de alta competición, y más aún después del trayecto en autobús de tres horas por Francia de Dusseldorf a Paderborn.
A la condición inigualable de favorita de Francia, no sólo en su grupo, sino en todo el torneo, se opone Países Bajos, que surge desafiante con su triunfo de la primera jornada ante Polonia, sin darle importancia a si está o no Mbappé, aunque todos en el rival piensan que sí jugará.
La selección neerlandesa está en la ruta prevista. Sufrió. Y venció. El gol de Wout Weghorst a los dos minutos de salir al campo -entró en el 81 y marcó el 1-2 en el 83- lo rescató del tropiezo para elevarlo en su grupo a un pasito ya de la clasificación para los octavos, pero también revalorizó al delantero de 197 centímetros para optar a la alineación inicial.
Al contrario que la cantidad de percances físicos que asume Francia, Ronald Koeman dispone de todos sus jugadores para el choque de este viernes. Cierto que ya perdió antes por el camino a un baluarte como Frenkie de Jong, además de Teun Koopmeiners, pero los 26 inscritos ya para el torneo los tiene listos, tras la recuperación de Bryan Brobbey.
La duda en el once es Xavi Simons. El pujante atacante, cuya eclosión ya es indudable a nivel de clubes, no entró de forma brillante en la Eurocopa 2024, en el partido contra Polonia, y podía ser reemplazado por el propio Weghorst, junto a Memphis Depay y Cody Gakpo en el frente de ataque de Países Bajos, que reta a Francia... Con o sin Mbappé.