En el fútbol actual están a la orden del día las polémicas por el VAR, el caso Negreira o poner en tela de juicio el papel de los árbitros, pero muchos fines de semana se producen situaciones y gestos que pasan desapercibidos y que convierten a los colegiados en protagonistas de algunas de las mejores acciones. No es habitual en la élite y tampoco en categorías regionales de rango superior, pero por suerte entre los muchos encuentros de la base hay ejemplos para aplaudir y de los que conviene tomar nota.
El pasado fin de semana ha sido el gesto del árbitro José García Ferrer el que ha emocionado a muchos padres y madres y aficionados del fútbol en general por su reacción en un encuentro de la categoría prebenjamín sub 7 Preferente que enfrentaba al Atlético Baleares y al Sóller en Son Malferit. El portero local se confundió con las líneas y blocó el balón fuera del área grande. El joven guardameta balearico se dio cuenta de inmediato de que había cometido una infracción y no pudo contener las lágrimas por el error y al sentirse bajo todas las miradas, pero el árbitro supo gestionar la situación tranquilizando al meta y conversando con los banquillos para encontrar la mejor solución a una jugada de la que a buen seguro que todos aprendieron, que al fin y al cabo es de lo que se trata en una etapa de formación.
El árbitro no dudó en consolar y en abrazar al portero del Atlético Baleares y acordó con los entrenadores pasar por alto el error para reanudar el juego con un bote neutral entre los aplausos del público, que animó al guardameta y reconoció el gesto del colegiado. El vídeo se ha hecho viral y ya cuenta con más de medio millón de visitas en la cuenta de Instagram Actualidad Fútbol Base. La escena ha disfrutado de una gran difusión y multitud de comentarios positivos sobre la actuación de un colegiado que demostró su vocación y su capacidad para contribuir a la formación flexibilizando el reglamento que habría castigado un simple error comprensible en edades tan tempranas.