El presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët, ha quedado apartado del cargo, en medio de fuertes presiones en su contra tras la polémica entrevista radiofónica en la que se mofó de Zinedine Zidane. La FFF explicó que la decisión es resultado de un acuerdo entre el propio Le Graët y el comité ejecutivo, que se había reunido este miércoles con carácter excepcional para abordar la crisis sobre la continuidad del presidente.
En un comunicado, la Federación precisó que el presidente está apartado de sus funciones hasta que se haga pública la auditoría que ha encargado la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, sobre la gobernanza de la institución, y en particular sobre las acusaciones contra Le Graët por acoso sexual de varias mujeres vinculadas a la institución. También queda apartada de su puesto la directora general de la FFF, Florence Hardouin y, con carácter provisional, reemplazará a los dos al frente el que hasta ahora era el «número dos», Philippe Diallo.
El comité ejecutivo, por otra parte, validó por unanimidad la prolongación del contrato de seleccionador de Didier Deschamps hasta que finalice el próximo Mundial en julio de 2026. Esa prolongación, anunciada el sábado, ha sido la última de Le Graët, y la que ha desencadenado su salida por los comentarios que hizo en la emisora RMC el pasado domingo cuando se le preguntó por Zidane, cuyo nombre se había barajado en el pasado como el posible próximo responsable del banquillo de la selección.
El mantenimiento de Le Graët como presidente se había hecho insostenible ante las cargas que le llovían desde diferentes instancias deportivas y desde el Gobierno, aunque éste formalmente no podía deponerlo. El portavoz del Ejecutivo, Olivier Véran, había señalado que «una federación como la FFF merece un presidente que esté a la altura y que permita dar una imagen del fútbol francés por todo el mundo».
Véran, que dijo hablar a título personal, se reafirmó en la posición de la ministra de Deportes, que no ha escatimado críticas contra Le Graët en los últimos días por sus palabras sobre Zidane y por otros problemas que arrastra desde hace tiempo. De forma más directa, había reclamado su dimisión el presidente del Consejo Nacional de Ética de la FFF, Patrick Anton.
Le Graët había comparecido este martes ante la Inspección General de la Educación, del Deporte y de la Investigación encargada de elaborar la auditoría reclamada por Oudéa-Castéra sobre las prácticas del presidente de la FFF. En particular por las denuncias de acoso sexual de varias mujeres que han trabajado o han estado vinculadas a la federación, como la agente de deportistas Sonia Souid, que se ha quejado de que Le Graët la veía no como la profesional que es, sino «como dos tetas y un culo».
Le Graët, que tiene 81 años, lleva en el cargo desde 2011 y su mandato expira en 2024. Aunque ya estaba cuestionado desde hace tiempo, su posición se había deteriorado de forma abrupta con sus declaraciones del domingo sobre Zidane, y eso pese a que luego pidió disculpas al que es ya un símbolo del fútbol francés.
Cuando se le planteó la posibilidad de que Zidane opte por irse a entrenar a otro club o a otra selección, una vez que se ha prolongado hasta 2026 a Didier Deschamps, afirmó: «Me importa un bledo, ¡que se vaya donde quiera! Puede ir donde quiera, a un club...». Pero no se quedó ahí. A la cuestión de si había hablado con Zizou indicó que, si le hubiese llamado, «no le habría cogido siquiera el teléfono», porque le habría dicho: «Hola señor, no se preocupe búsquese otro club, yo me quedo con Didier».