El calendario cita este domingo al Mallorca con el Villarreal en el Ciutat de Valencia (18:30 horas, Dazn). El estadio de La Cerámica está de reformas, de ahí que Valencia sea el lugar elegido para que el conjunto bermellón pueda derribar la terrible estadística de diez visitas sin conseguir el triunfo como visitante. El conjuto bermellón no logra el triunfo cuando rinde visita al Villarreal desde el curso 2003/2004 fecha en la que ganó gracias a los tantos de Samuel Etoo y Alejandro Campano. Ya ha llovido. Sin Raíllo y Maffeo sancionados, pero con Greif y Kadewere de nuevo en la lista, Javier Aguirre deberá introducir modificaciones obligadas en la zaga. Sin embargo, las buenas prestaciones que ofrece Gio González ha permitido que no sea tan traumática la baja de un hombre de la importancia de Maffeo.
El problema es la baja del capitán cordobés. Sin Antonio en el centro el equipo cojea porque pierde no solo a un futbolista que ofrece unas prestaciones únicas, también el grupo se queda sin ese líder natural que tira del carro y sobre todo ordena y balancea la defensa. Hoy no estará y Aguirre le ha dado vueltas esta semana a qué hacer. Nastasic puede tener su oportunidad de inicio y tal vez pasar a Valjent en su lugar. En cualquier caso, habrá que superar su ausencia y dar la cara en un choque comprometido.
Sin embargo, algo que han conseguido Aguirre y Toni Amor —que hoy dirigirá al equipo— es que el grupo poco a poco se identifique más con su juego. En la portería la solvencia ha regresado con Rajkovic; la zaga ha madurado con Copete y Jaume Costa y en la sala de máquinas Baba parece haber conseguido de nuevo su mejor nivel y principalmente esa punta de confianza que le falta para que sus actuaciones sean más regulares y no sin tantos tonos grises.
Dani en su mejor nivel; Kang In con confianza y Muriqi dispuesto a rematarlo todo son el plan de arranque de un Mallorca que ha conseguido algo que en el fútbol parece fácil, pero que no lo es tanto: encontrar el equilibrio. A partir de ahí los partidos no son siempre del rival, como podía suceder en alguna función del curso pasado o en contadas de este como por ejemplo en San Mamés.
Sin embargo, en ocasiones el Mallorca debe recibir un golpe para despertar y tirar hacia adelante, como ocurrió por ejemplo en Valencia. Cuando esto sucede y consigue alargar el campo y el equipo, el conjunto aprieta y es protagonista de los partidos. Sucedió también esta pasada jornada frente al Espanyol al que consiguió arrinconar, pero sin llegar a sentenciar. Al final el rival empató con un gol de esos que no suele darse de forma habitual con un centro que se envenena y termina en la portería.
Ahora, a falta de dos partidos para que se frene de golpe la temporada debido al Mundial, el gran objetivo es abrazar cuantos más puntos mejor y ver pasar el tiempo hasta finales de diciembre entre amistoso y amistoso. Ahora, con trece puntos y seis más en juego en apenas cuatro días, el botín sería magnífico, aunque también es cierto que teniendo en cuenta la dificultad de los encuentros puede no sumar ninguno y quedarse como está.
En un escenario de tanta presión como es la Liga y a un partido puede suceder cualquier cosa, aunque lo cierto es que hay que aplicarse al máximo para superar a un rival que como local todavía no ha perdido esta temporada. El conjunto bermellón fuera de casa tiene altos y bajos, pero logra buenos resultados. No así en Palma, aunque ayer matizó Aguirre que el funcionamiento es buenos y que el principal defecto está en los resultados. Ahora toca volver a corroborar que lejos de Ciutat el equipo es capaz de dar un paso adelante frente a rivales de gran calidad como el Villarreal. Setién busca imprimir su sello, pero por el momento vive de lo bueno que construyó Unai Emery.