La Federació de Futbol de les Illes Balears da un paso adelante en su lucha contra la violencia. El organismo que preside Miquel Bestard se ha personado como acusación particular en las diligencias previas abiertas por la Fiscalía de Balears contra la persona que durante el partido de la Tercera RFEF disputado el pasado 12 de octubre entre el Collerense y el Rotlet Molinar amenazó al árbitro asistente y a un colegiado que se encontraba en la grada. Los hechos son constitutivos de delito con penas de hasta 6 años de prisión. Además, solicita la prohibición durante 5 años de acceder a los recintos deportivos donde se disputen partidos de Tercera División. La FFIB lidera y se hace cargo de la defensa del árbitro asistente y la acusación la ejerce Llorenç Salvà.
Según el escrito de acusación, el individuo comenzó con los incidentes cuando observó que en la grada se encontraba un árbitro presenciando el encuentro. Movido por el ánimo de atemorizarle sacó una navaja y con ella en la mano le dijo «te juro por mis hijos que hoy rajo a un árbitro, continuando seguidamente insultándole durante el resto del partido».
Al finalizar el partido, el acusado saltó al campo de juego, dirigiéndose al árbitro asistente. Guiado por el idéntico ánimo de amedrentarle le dijo. «Ven aquí que te voy a rajar al tiempo que se lanzaba sobre él portando la navaja con la que trató de agredirle en el abdomen». El colegiado logró esquivar la agresión dando un paso atrás y refugiándose en el vestuario junto al resto del equipo arbitral.
El acusado no cesó en su actitud y mientras los tres árbitros se dirigían hacia los vestuarios, les soltaba: «Cuando os pille fuera os voy a rajar a los tres». Los hechos anteriormente relatados son constitutivos de tres delitos de amenazas y una pena de dos años de prisión por cada uno de los delitos.
El apunte
La mecha que movilizó al fútbol balear
Los hechos ocurridos el pasado 12 de octubre en Can Caimari provocaron la movilización de todo el fútbol balear. La mecha que prendió el fuego de unas movilizaciones que desembocaron en el parón de hace dos semanas en todo el balompié regional. Los árbitros alzaron la voz para acabar con la espiral de violencia que alcanzó su cénit en dicho encuentro. Desde la Federació de Futbol de les Illes Balears, tanto a través de Miquel Bestard como de Riera Morro, se pusieron en contacto con las autoridades pertinentes para tratar de poner soluciones a una violencia global que en esta ocasión golpeó directamente a la línea de flotación del fútbol balear. Unos meses después, en concreto a mediados del pasado mes de febrero, una agresión en un partido de Tercera Regional entre el Xilvar B y el Son Ferrer provocó la perforación de tímpano de un colegiado. Ese incidente provocó un plante de los colegiados después de la decisión adoptada por Miquel Bestard, un hecho sin precedentes que provocó el aplauso unánime de la sociedad. Cabe recordar que en Ceuta los dos futbolistas cadetes del Sporting Atlético que el pasado sábado agredieron a un árbitro durante un partido en la ciudad autónoma, lo que provocó la suspensión del encuentro, han sido sancionados con seis meses sin jugar, mientras que el club ha sido multado con seis mil euros. El Juez Único de Competición de la Federación de Fútbol de Ceuta, en la resolución de este incidente, a la que ha tenido acceso Efe, señala que estos dos jugadores han sido sancionados con seis meses por «agresión al árbitro principal». Asimismo, se ha impuesto una multa de 6.001 euros al club por la «participación activa en altercados, riñas, peleas o desórdenes públicos en los recintos deportivos».