Ni el Atlético de Madrid ni el Athletic Club están a la altura de sus mejores expectativas esta temporada, por debajo de sus condiciones de vigentes campeones de la Liga y la Supercopa de España, respectivamente, enfrentados a 5.000 kilómetros de sus éxitos por la credibilidad, entre las dudas que marcan sus resultados del curso y con la incógnita de si Luis Suárez será titular en el bloque de Diego Simeone. Nada pone más evidencia tal situación que los números, tan comprometedores para analizar el momento de un equipo, sin matices admisibles en el juego. Ni en las ocasiones falladas. Ni en el quizá. No hay ninguna certeza mayor para ningún equipo que ganar. Y ni el Atlético ni el Athletic Club vencen como deberían, con más visibilidad en el caso del conjunto madrileño, un campeón de Liga hace medio año y hoy a 16 puntos de su trono perdido.
Aunque la Supercopa no es una prioridad para el Atlético (al menos no lo era al principio de la campaña), sí es un estímulo para despertar la determinación que requiere un formato como éste y que anhela el equipo madrileño en todas sus líneas, en todo su equipo y, especialmente, en su defensa, admirada antes y vulnerable ahora: Jan Oblak, alejado de sus mejores cursos y expuesto como nunca por su retaguardia al daño rival, sólo quedó imbatido en 5 de sus últimos 20 choques, con 27 goles en contra en ese frustrante trayecto. Tampoco el Athletic, el campeón de la última Supercopa y de dos de las seis más recientes, está en su mejor campaña, dentro de los evidentes altibajos y los empates -diez- que han rebajado su posición en el campeonato. Nada más ha ganado tres de sus últimos trece partidos, uno de ellos al Mancha Real en la Copa del Rey, aunque concentra esas victorias en sus cinco duelos más recientes. Es noveno en la Liga, hoy fuera de Europa.
Con el recuerdo de su fabuloso torneo del año pasado, cuando levantó el trofeo tras imponerse al Madrid en semifinales (1-2) y al Barcelona en la final, el Athletic ha viajado a Riad consciente de la dificultad de repetir la hazaña pero ilusionado por hacerlo. Para ello confía en la capacidad para competir ante cualquier rival que está demostrando a lo largo de la temporada, aunque sin que lo ratifiquen del todo los resultados, y en lo bien que ha empezado 2022, con dos victorias seguidas en Pamplona y en Copa en Mancha Real y un empate en Vitoria para redondear sin perder la primera semana del año. La incógnita en el once del Atlético es Luis Suárez. O él o Joao Félix. O Cunha o Correa. Los segundos aparentan ventaja sobre los primeros, según las pruebas del técnico argentino, que también podría prescindir de Rodrigo de Paul en el centro del campo para recuperar a Koke.