Llega a Ses Pesqueres todavía con calambres del partido del día anterior. El CE Artà jugó lejos de casa y ganó cero a dos, ambos tantos anotados por Xavi Darder, Piti para los amigos. Es hermano de Sergi Darder, futbolista del Espanyol y que lo fue también del Málaga y del Olympique Lyon.
Sergi cada fin de semana defiende la camiseta del equipo blanquiazul en Primera División. Cinco categorías más abajo, en Regional Preferente de Mallorca, Piti se enfunda la elástica rojilla del Artà para hacer lo que mejor se le da, marcar goles. Sus registros asustan. En tres temporadas y media lleva 127 dianas. La temporada 2018/2019 anotó 62 goles en 34 partidos en Tercera Regional. Al año siguiente en Segunda Regional marcó 35 en 28 partidos. El siguiente curso ya en Primera Regional en una Liga reducida por la pandemia marcó 18 dianas en 18 partidos y esta campaña en Preferente lleva ya 12 en 16 jornadas. A estos hay que añadir los 13 que materializó con anterioridad en Tercera con el Serverense.
Resulta evidente que muchos le conocen como el hermano de Sergi, pero en los campos de fútbol es Piti, el goleador insaciable y a sus 26 años tiene todavía margen de recorrido. El futbolista atiende a Ultima Hora en el mítico campo de Ses Pesqueres, escenario de grandes tardes de fútbol. Lleva dos camisetas, la del Espanyol con el número 10 que luce su hermano Sergi y la roja del Artà con el 9. La suya. La del goleador indomable.
Lo que primero llama la atención es el parecido con su hermano y después su talante tranquilo, pausado. Todo lo contrario a cuando se viste de corto. No es un jugador sacrificado, no es de ir y venir ni de carreras absurdas. Es listo, rápido, intuitivo, matador. Un 9 de toda la vida, un goleador nato. Puede estar todo el partido escondido entre sombras, pero aparece cuando menos te lo esperas y mete gol. El gol decisivo. El de la victoria. Su padre, Quique Darder, es su entrenador. En muchos partidos tal vez le sustituiría ante el poco margen de participación en el juego, pero sabe que cuando la tenga a tiro él no fallará. Y no falla. Tiene ese don único y especial que solo los genios poseen.
Real Madrid
Piti también tuvo la oportunidad en su día cuando fue reclutado por el Real Madrid. La cantidad de goles que marcaba en la Isla no pasó desapercibida y llevó a cabo durante varias semanas una pretemporada con el equipo blanco en edad cadete.
Allí coincidió durante el stage con Mario Hermoso, Luca Zidane, Marcos Llorente y Joselú, todos ellos ahora jugadores de Primera. También marcó, también convenció, pero tiró más la tierra, Mallorca y Artà. Pero los que le conocen no les resultaría extraño que Piti estuviera también en el fútbol profesional. «La diferencia entre Sergi y yo es que él tenía claro que su sueño era llegar sí o sí y trabajó mucho, se esforzó y se sacrificó. Su mentalidad fue esa y la mía no. Algunos me dicen que yo tenía tantas cualidades como Sergi o más, pero lo que nos ha diferenciado ha sido la mentalidad. Él quiso dar el paso, lo intentó y yo no tuve la fuerza mental para dejarlo todo atrás y continuar en otro lugar», reflexionaba Piti. El atacante jugó en el Manacor los tres años de juvenil con una media de 30 goles por temporada. El tercero en Liga Nacional anotó 38 incluido el tanto del ascenso a División de Honor.
El gran salto
El jugador del Artà recuerda sin embargo épocas duras en la primera etapa de su hermano fuera de la Isla. «Se fue muy niño, con doce años, le costó mucho, sufrió, pero le fue bien».
¿Cómo se vive ahora un partido de Sergi en casa? Piti lo tiene claro: «Siempre sufres porque quieres que le vaya bien, pero en fútbol no siempre ocurre. Ver el partido con mi padre es imposible, todo son nervios y tensión. Es lógico, lo vive con una pasión desbordante. Es una pasada ver a tu hermano ahí. Con los años lo tenemos más normalizado, pero la verdad no terminas de acostumbrarte», apunta Piti.
Antes de los partidos Sergi es discreto, pero siempre llama a su padre casi más como terapia que para otra cosa. «La relación, por decirlo de alguna manera, más futbolística es entre Sergi y mi padre. Conmigo hablamos de otras cosas. También de mis partidos. Sergi siempre sigue lo que hace el Artà y sabe cuándo he marcado y cuándo no», apunta Piti. Las redes sociales se han convertido en el juez implacable de todos, un problema con el que los futbolistas han aprendido a convivir. «En los primeros años siempre te interesaba saber qué decían y te metías en tuiter y en ocasiones te ponías enfermo. Con el paso de los años dejas de lado esto y Sergi es el primero que no se obsesiona», admitía el delantero.
Los peores momentos todavía están frescos en la memoria. «El año del descenso y también el de Segunda. Ahí lo pasó mal y tuvo que llevar a cabo un enorme trabajo mental porque si no estás del todo bien eso se traslada al campo. No tienes la confianza que toca y dejas de probar cosas que sabes que en condiciones normales te salen. Ahora es todo lo contrario y está con una punta de confianza muy alta», relataba Piti.
A Xavi no le molesta que le conozcan como el ‘otro' Darder. «Sergi se ha ganado ser el Darder titular», admite entre risas. ¿Y camisetas? ¿Le ha regalado muchas? «Uno de mis ídolos siempre ha sido Edison Cavani y le pedí una cuando Sergi, en su época en el Lyon, jugó contra él. Tambíen le pedí una de Cristiano, pero estaba demasiado solicitada».
Deportistas
Mercè es la hermana pequeña, también deportista y juega en el equipo de baloncesto Zona 5 de Manacor. Sin duda el deporte se vive en mayúsculas en una familia donde la madre tiene que repartirse entre los partidos de Sergi, los de Piti y los de Mercè. Llegados a este punto, con 26 años y con ese instinto goleador que mantiene vivo, ¿qué espera del futuro deportivamente hablando? Piti lo tiene claro: «Creo que mi oportunidad ya pasó. He sido padre de una niña y mis prioriades son otras», apunta. El jugador tiene claro que él solo no haría nada en el campo. «Si marco goles es por mis compañeros en el Artà. Todo se lo debo a ellos. Aquí hay jugadores con un gran recorrido en Tercera como Toni Nadal, Terry, Xuri, Juli, Sansó, Casssellas, Crespo y otros muchos que trabajan y también merecen que su trabajo y esfuerzo sea reconocido. Sin ellos no llevaría ni un gol», reflexiona.