El Atlético Baleares pagó el esfuerzo llevado a cabo esta semana en la Copa del Rey y cayó en la Liga por cero goles a dos frente al Sevilla Atlético. El conjunto andaluz se avanzó en el minuto 18 con un tanto de Juanlu y sentenció en la segunda parte con otro gol en este caso de Valentín. El ATB además perdió a Armando, expulsado con roja directa en el descuento. Todo han sido malas noticias porque deportivamente el equipo de Xavi Calm no inquietó ni una vez con verdadero peligro a la meta rival.
En la primera parte el conjunto blanquiazul no se encontró sobre el campo, no se le veía cómodo. Quería el balón y buscaba ser protagonista del encuentro, pero el Sevilla lograba cerrar bien su campo y hacer inviable la creación de peligro ante la meta de René. El viento no ayudaba y los minutos pasaban sin que se generaran acciones de peligro ni en un área ni en otra.
En este escenario todo es posible y si bien el filial del Sevilla tampoco generaba peligro, lo cierto es que un despiste de uno u otro podría costar un gol. Y así fue. En una acción ofensiva del conjunto visitante la pelota llegó al costado derecho. Una mala acción defensiva del ATB propició que la pelota llegara al punto de penalti y ahí, libre de marca, Juanlu anotó a los 38 minutos el cero a uno.
El gol dejó tocado al Atlètic, que intentó reaccionar, pero nunca fue capaz en el primer tiempo de generar sensación de verdadero peligro ante la meta del portero rival. El choque se interrumpió continuamente por parte del equipo visitante y el árbitro evitó castigar cualquier pérdida de tiempo. Con el cero a uno se llegó al final del primer tiempo.
Tras el descanso el ATB intentó variar el rumbo del partido, pero no fue posible. El Sevilla Atlético supo gestionar el resultado y a los 30 minutos de la reanudación sentenció con el tanto de Valentín. El colegiado permitió todo al conjunto andaluz, que interrumpió y frenó el encuentro continuamente, lo que sin duda no ayudó a la posible reacción blanquiazul. El Atlètic, pese a todo, no se acercó con peligro a la portería contraria y terminó perdiendo un partido en el que nunca se encontró cómodo.