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De portero a goleador

Miquel Bennassar Payeras ha pasado de ser el guardameta del Poblense a uno de los máximos artilleros de Primera Regional como delantero del Campanet

Miquel Bennassar, en sa Pobla, junto a los guantes y la camiseta del Campanet. | M. À. Cañellas

| Palma |

Miquel Bennassar Payeras (sa Pobla, 1994) es hijo del mítico portero mallorquín, también de la localidad poblera, Miquel ‘Molondro'. El padre defendió los colores del club azulgrana y del Mallorca, mientras que su hijo jugó en las categorías inferiores del Mallorca y en el primer equipo del Poblense disputando tres fases de ascenso a Segunda B. Llegó a ser el ‘Zamora' de Tercera una temporada y en su época en el Mallorca juvenil entrenó en bastantes ocasiones a las órdenes de Caparrós y Manzano. Sin embargo, las lesiones interrumpieron su camino hacia la élite y hace tres años decidió que su deseo era disfrutar del fútbol sin presión, sin agobios y sin tener que sacar más balones de su red. ‘Colgó' los guantes y cambió de equipo, de categoría y de demarcación. Fichó por el Campanet en categoría regional y pasó de defender balones en su área a marcarlos al portero visitante.

«Yo fui portero un poco por ser hijo de mi padre. ¿Tú eres Molondro? me preguntaban, pues a la portería y ahí me quedé, aunque mi padre me decía que no jugara de guardameta, pero fue inevitable. Es una demarcación poco grata y ahora juego para hacer deporte, para divertirme. Tengo gol, esta temporada es la tercera que soy jugador en el Campanet y ya he marcado ocho goles. La anterior anoté quince y la otra también ocho», manifestó el futbolista de sa Pobla. Durante todo el tiempo que Miquel fue portero, tanto en las categorías inferiores del Mallorca como en el Poblense, se cuidaba y vivía el fútbol como un profesional. Ahora se lo toma de otra manera, sin tanta exigencia. «Cuando ves que lo tenías ahí, que podías alcanzar la meta, es una cosa, después, cuando ya no eres sub-23, todo es más difícil. A ese nivel inicial me cuidaba mucho en todos los sentidos, ahora también como es lógico, pero antes era parte casi de tu profesión, de tu día a día. Entrenaba mañana y tarde, no salía, en definitiva vivía por y para el fútbol. Ahora voy más a disfrutar y a juntarme con mis amigos y encima cuando juego marco goles», declaraba Miquel Bennassar.

La transición de portero a jugador la llevó a cabo Miquel con rapidez y volver a la portería al nivel anterior no es su objetivo. «Ese momento pasó, ahora tengo otras prioridades. Además en el Poblense, cuando uno milita en este club, tiene que estar muy bien porque hay mucha exigencia como es lógico por lo mucho que representa la entidad en la población y en el fútbol mallorquín. Aquí tienes que estar al cien por cien y no puedes venir a pasar el tiempo», indicaba el ahora atacante del Campanet.

Sin embargo, todavía a día de hoy le gusta hablar de porteros. «Mi ídolo era Iker Casillas y actualmente pienso que el portero del Barcelona, Marc ter Stegen, es el mejor del mundo», asegura el futbolista. Nunca se sabe hasta dónde hubiera podido llegar Miquel Bennassar en caso de que las dos lesiones de rodilla no hubieran cortado su progresión, la segunda sobre todo, que fue cuando el Mallorca quiso recuperarle para el filial. Sin embargo, Miquel no lamenta nada y mira con ilusión esta nueva etapa. Ahora quiere seguir marcando goles.

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