Existe cierta unaminidad en torno al Barça que construyó Guardiola. Inspirado por el difunto Johan Cruyff, el Noi de Sampedor proyectó un equipo ganador y comprometido con un estilo. Durante las cuatro temporadas que ocupó el banquillo blaugrana, Guardiola conquistó 14 títulos: tres Ligas, dos Champions, dos Copas del Rey, tres Supercopas de España, dos Supercopas de Europa y dos Mundiales de Clubes. Unas cifras que ningún otro entrenador ha logrado en la historia del club catalán.
Su fin de ciclo en el Barça le condujo hasta Múnich, donde también coleccionó ligas y copas, pero se quedó a medias en la Liga de Campeones. De hecho, Pep Guardiola ha vivido cuatro de las seis últimas finales de la vieja Copa de Europa (2015, 2017, 2018 y 2019) en Mallorca. Hubieran sido cinco si la pandemia no lo hubiera evitado.
Refugiado en Pula Golf junto a su amigo Romeo Sala, Guardiola ha contemplado desde la Isla los encumbramientos del Real Madrid, Liverpool y también del Barça de Luis Enrique... Tras su etapa en el Bayern, Guardiola decidió enrolarse en el Manchester City. Volvió a coleccionar ligas y copas, esta vez en la Premier, pero seguía viendo la final de la Champions en Mallorca y junto a Romeo.
El martes acabó con ese estigma. El City dejó en el camino al PSG y Guardiola cambiará Pula por Estambul. Han pasado diez años.