Empezaba el verano de 2013 y Joan Femenías del Salto (Manacor, 1996) decidía subirse a un avión para emprender el viaje de su vida. Con solo 16 años, el entonces portero del Juventud Sallista de Inca acababa de firmar un contrato para jugar las dos temporadas siguientes con los juveniles del Villarreal y poner la primera piedra de una carrera que ahora sigue redactando desde la segunda planta del fútbol español. Guardameta titular del Oviedo y básico para el Cuco Ziganda —es el futbolista de la plantilla que más minutos ha utilizado—, este sábado se enfrentará por segunda vez al Mallorca y se estrenará en Son Moix. Un partido especial y muy cerca de casa que llega en un momento extraño, ya que por culpa de la pandemia tendrá que jugarse como se juega casi todo en el último año: en silencio y en mitad de un estadio desierto.
Joan Femenías ha encontrado en Oviedo la oportunidad de seguir creciendo en el fútbol profesional, el mismo al que ansiaba llegar cuando hizo las maletas hace ocho años para esculpir su futuro. Junto a él y en una época marcada por la fuga de talentos, ese mismo año partió de Mallorca otro puñado de chavales con destino a las grandes canteras que después corrieron distinta suerte. Como Gori López —ahora en el Platges de Calvià— que firmaba cuatro años por el Real Madrid; Dennis Otto, un portero de origen alemán que fichó por el Barça y pasó luego por el Málaga, o Toni Moya, que se instaló en el Atlético de Madrid y que con el paso de los años ha tenido la oportunidad de estrenarse en el primer equipo rojiblanco a las órdenes del Cholo Simeone.
Femenías, que no pasó por el Mallorca pese a que sí participó en alguna prueba para acceder a Son Bibiloni, creció como portero en Villarreal, donde tuvo a entrenadores como Paco López, actual técnico del Levante, Miguel Álvarez o Miguel Ángel Calleja. Sin embargo, el gran salto lo dio la temporada pasada. Defendió durante los últimos partidos —tras la salida de otro mallorquín, Biel Ribas— el marco de un Fuenlabrada que llegó a acariciar el playoff de ascenso a Primera y que con él bajo el larguero no perdió ningún encuentro.
El tránsito de un curso a otro trajo un nuevo cambio de aires para Femenías, que encontró una puerta abierta en el Carlos Tartiere. Se comprometió con los carbayones hasta 2022 y desde el primer momento ha contado con la confianza necesaria para seguir dándole volumen a su progresión. Mañana no lo tendrá fácil. Desde la portería de un Oviedo que no gana lejos de su estadio desde principios de diciembre deberá contener a un líder magullado y hambriento.