El mundo del balompié, pero especialmente el del fútbol sala nacional, están de luto por el fallecimiento este miércoles de Miquel Jaume (Manacor 1953-Palma, 2021), presidente y fundador del Palma Futsal, a consecuencia de un problema cardíaco, del que fue operado sin poder superarlo. El histórico dirigente, artífice del crecimiento y consolidación del fútbol sala en Mallorca al frente del proyecto del Palma Futsal, deja un enorme vacío en el seno de la entidad, que creó en 1998 hasta llevarla a ser una de las más reconocidas de la máxima categoría del fútbol sala español.
Anteriormente, la trayectoria de Miquel Jaume, de 67 años, estuvo ligada al fútbol, especialmente al Manacor, con el que logró éxitos como el alcanzado en la temporada 1992/93, cuando con él en el banquillo, se consiguió el título de campeones de Tercera y el ascenso a la Segunda División B.
Más recientemente, su trayectoria estuvo ligada al fútbol sala en la capital del Llevant, creando la Associació Esportiva Manacor, con la que fue creciendo deportiva y socialmente hasta alcanzar la Primera División en 2008, que desde hace más de una década no ha abandonado. En 2014, el club cerró su traslado a Ciutat, aunque manteniendo las categorías de formación en Manacor, pasando a denominarse Palma Futsal.
Bajo el mandato de Miquel Jaume, el club ha logrado dos títulos de campeón de Segunda División (2007/08 y 2009/10), además de sendos ascensos a Primera, disputando la final de la Copa del Rey en 2016 y en numerosas ocasiones la Copa de España y los playoffs por el título.
La súbita pérdida de Miquel Jaume ha causado un enorme impacto en el seno del Palma Futsal, pero la relevancia de su figura va más allá, dejando una enorme huella en el mundo del fútbol mallorquín, además de haberse ganado el respeto de los otros clubes de la élite del fútbol sala español. De sobras era conocido el aprecio que José María García, alma máter del Movistar Inter, sentía por Jaume, que logró llevar a lo más alto su proyecto de fútbol sala en Manacor y ahora deja un vacío enorme en la que era su segunda familia, con José Tirado al frente, y su gran pasión.
Su vertiente como dirigente y entrenador encontró en los últimos años una nueva orientación con la creación de la Fundació Palma Futsal, de la que Miquel Jaume era presidente, y a través de la cual abrió las puertas a otras especialidades, como el waterpolo o la natación.