Superan la decena, proceden de rincones muy diferentes y desde hace un tiempo ejercen como embajadores del fútbol balear más allá de los límites del terreno de juego. Es la legión más internacional y globalizada de un balón, el isleño, que sigue en movimiento en tiempos de pandemia y coronavirus. Un puñado de técnicos de distintas generaciones, situados normalmente en torno al banquillo, que ondean la bandera del balompié insular frente al escaparate de tres continentes.
El fútbol mallorquín, que ya ha subido en varias ocasiones a la cumbre gracias al legado de Miquel Àngel Nadal o la proyección de Marco Asensio, también va alcanzando poco a poco la madurez y el reconocimiento internacional dentro del área técnica.
Cada vez son más los entrenadores, asistentes y auxiliares que se lanzan a la aventura y que en muchos casos ya han encontrado acomodo en algunos de los campeonatos más prestigiosos.
Un buen ejemplo está en Inglaterra, donde la representación ha crecido exponencialmente en los últimos meses. El último en llegar ha sido el manacorí Xisco Muñoz, al que acompaña en su staff otro mallorquín como Roberto Cuesta -en la imagen inferior sentados en el banquillo-. El exfutbolista de Tenerife, Recreativo o Valencia asumía justo antes de las fiestas navideñas el control del Watford, instalado en la English Football League Championship (el equivalente a la Segunda División española) aunque con serias perspectivas de ascenso.
Xisco, que volcó su futuro sobre la pizarra hace menos de un lustro, aterrizaba en Inglaterra sin apenas tiempo para disfrutar de lo que acababa de conseguir en un fútbol algo más exótico como el georgiano. También junto a Cuesta, acababa de conquistar el campeonato del país caucásico con un Dinamo de Tiflis al que ya había dirigido con anterioridad y con el que también se había coronado como jugador hace un tiempo.
En la Premier League la nota mallorquina la pone Carlos Cuesta. Con poco más de 25 años ya ha pasado por clubes como el Atlético o la Juventus, y ahora está integrado en el cuerpo técnico de Mikel Arteta, entrenador del Arsenal, Cuesta ya ha podido levantar algún título. Como la Community Shield que ganó el pasado verano, a los pocos días de llegar al norte de Londres, en Wembley y a costa del Liverpool.
En Manchester está Carlos Vicens, que lleva más de tres años en la prolífica cantera del City y que hace unos meses se alzaba con la FA Youth Cup, el trofeo que distingue a la mejor generación sub'18 de Inglaterra. Carlos Vicens, que ya destacó como futbolista en la Tercera División balear, había dirigido, entre otros, al Santanyí antes de hacer las maletas y tirar de pasaporte.
En la fría Noruega el que se abre paso es Antoni Ordinas. A finales de 2012 dejó la dirección deportiva del fútbol base del Atlético Baleares para migrar al país de Admunsen y los trolls.
Primero para hacerse cargo del primer conjunto juvenil del Stabaek, luego al primer equipo del mismo club y más tarde a otro histórico de la zona como el Lillestrøm, del que dirige su academia.
No muy lejos de allí trabaja también Manu Torres, exjugador del San Francisco de División de Honor juvenil y actualmente preparador físico del SK Brann, formación de la máxima categoría noruega.
Hacia el este, en Turquía, inicia su carrera en los banquillos todo un clásico como Albert Riera. Trotamundos en su época de futbolista, el de Manacor se preparó para ser técnico junto a excompañeros de la talla de Xabi Alonso, Víctor Valdés, Míchel Salgado o Raúl González y en verano volvió a uno de los clubes de su vida, el Galatasaray, para ejercer como asistente de Fatih Terim. Y no muy lejos de allí, aunque ya en el continente asiático, aparecen dos técnicos con pasado mallorquinista.
Por un lado Pep Alomar, al frente de la academia del Shabab Al Ali Dubai de los Emiratos Árabes.
Y por el otro Arno Buitenweg -en la imagen debajo de estas líneas-, un preparador con una gran influencia en Catar que actualmente desarrolla su actividad laboral en el Al Arabi SC de Doha.
Los últimos en ponerse a la fila son Toni Amor y Tomeu Llabrés, integrados en el cuerpo técnico que dirige Javier Aguirre en los Rayados de Monterrey mexicanos.
Amor, que hasta la temporada pasada era segundo en el Leganés, es uno de los que más horas de vuelo suma en el extranjero tras pasar por Emiratos, Arabia u Omán. Igual que Llabrés, ahora fisio del equipo de Guadalupe, que también conoce perfectamente el balompié de oriente medio.
La lista, abierta en todas las direcciones, podría ampliarse con otros entrenadores, como Toni Cazorla, que en los últimos tiempos han pasado por países como Egipto o Marruecos. Los tentáculos del fútbol mallorquín se siguen extendiendo.