La mala dinámica con la que llegó el Real Madrid a la Supercopa de España se agravó ante el Athletic Club desde la pizarra, con el planteamiento inicial fallido de Zinedine Zidane, que fue superado por Marcelino García Toral, y pasó por los dos graves errores de Lucas Vázquez, que costaron goles, y por el ocaso de la estrella que debía ejercer liderazgo, Eden Hazard.
El primer título de la temporada se le escapó al Real Madrid sin llegar a disputar la final. El golpe de realidad se lo dieron el Athletic Club y Marcelino, capaz de anular desde la presión el juego madridista en la primera parte. Zidane dirige un equipo que sobrevive a impulsos, incapaz de mantener una dinámica ganadora, que comienza a acusar el cambio de filosofía y la ausencia de rotaciones. En el fútbol de pandemia, con un calendario que presenta tres partidos por semana, es imposible triunfar apostando solamente por 14 jugadores.
PLANTEAMIENTO INICIAL FALLIDO
En los planes de Zidane no entraba el planteamiento que plasmó Marcelino. Es uno de los habituales errores del técnico madridista, pensar más en su equipo que en el rival, y el Athletic le sorprendió. Mientras el técnico francés intentaba sorprender al dar libertad a Hazard, ubicar a Marco Asensio en la izquierda y dejar toda la banda derecha a Lucas Vázquez, fue sorprendido por la presión alta y la entrega de Vencedor y Dani García para anular a Toni Kroos y Luka Modric.
El cortocircuito blanco se creó siendo fiel a su filosofía de jugar siempre el balón, sin buscarlo en largo porque no disponía en el equipo de ningún futbolista que lanzase carreras al espacio que permitía una defensa rojiblanca adelantada. Tardó Zizou 20 minutos en reaccionar y su equipo ya perdía. La pérdida de Lucas Vázquez que derivó en el primer gol fue una consecuencia de la táctica.
ERRORES QUE CUESTAN ELIMINACIONES
La noche negra de Lucas Vázquez puso todo cuesta arriba a un equipo que carece de gol. Dos tantos de desventaja tras la mala decisión en el inicio de jugada y un penalti evitable. Desde la máxima entrega y el compromiso encontró continuidad Lucas para convertirse en indiscutible, bien como extremo o como lateral ante las ausencias de Dani Carvajal, pero carece de los automatismos de la demarcación.
Zidane no cuenta con Álvaro Odriozola, como ya ocurrió en el pasado y convierte en incomprensible la decisión de dejar salir a Achraf Hakimi, y pudo colocar a Nacho Fernández. El momento físico de Lucas le hizo pensar que podría ser importante con toda la banda libre. La apuesta le salió mal.
EL OCASO DE HAZARD
«Eden necesita recuperar confianza, hacer un buen partido, meter un gol, hacer algo diferente. Hay que tener paciencia». Son palabras de Zidane tras un nuevo partido gris de Hazard en una fecha importante. Uno de esos encuentros en los que el líder debe dar un paso al frente. El belga no está para eso y en su proceso de rodaje, el Real Madrid va cosechando resultados negativos que le complican LaLiga o le cuestan una eliminación en un torneo como la Supercopa de España.
Eden exhibe falta de confianza. Lo intenta pero ha dejado de ser desequilibrante y sin sentirse en plenitud, toma decisiones erróneas en décimas de segundo. Una jugada lo definió. Solo para hacer gol, escorado, tras pase picado de Casemiro, dudó, pasó el tiempo que el rival necesita para recuperar posición y acabó dando un pase a la nada. Sin confianza para hacer gol nada más recibir el balón en posición privilegiada. Se dice en la casa blanca que el Real Madrid no espera a nadie. A Hazard lo lleva esperando demasiado tiempo con el convencimiento de que volverá a ser el que era.
LA FORTUNA DE ESPALDA Y LOS CAMBIOS
Cuando a un equipo le vienen mal dadas aparecen situaciones que no ayudan. Ocurrió con el susto de Sergio Ramos en el calentamiento, que le hizo jugar con molestias de rodilla, con el golpe que impidió seguir a Raphael Varane tras el descanso y los disparos a la madera de Marco Asensio. Fue el jugador que se echó el Real Madrid a sus espaldas. Su recuperación es la mejor noticia del mal momento madridista, pero sus zurdazos fueron repelidos por la madera.
Cuando el Real Madrid se acercó a la heroica a la igualada, Zidane volvió a dejar decisiones discutibles en los cambios. Benzema había marcado y le habían anulado un gol, estaba metido y fue sustituido por Mariano en el minuto 88. «Buscaba frescura», se justificó el técnico tras renunciar a acabar con dos puntas y metiendo balones al área. Prefirió el recurso de Sergio Ramos como punta a la desesperada en uno de esos partidos que engrandecen la figura del experto táctico del banquillo rival.