Atlético de MAdrid 0-1 FC Barcelona
Un gol de Kheila Hamraoui a diez minutos para el final metió al Barcelona en las semifinales de la Liga de Campeones femenina y acabó con la resistencia de un gran Atlético de Madrid, que, a pesar de las numerosas bajas con las que llegaba a este encuentro, plantó cara y se mantuvo vivo hasta el pitido final.
La centrocampista francesa acabó con la tenaz resistencia de las colchoneras en el minuto 80 al aprovechar un balón suelto dentro del área después de un centro desde la banda derecha de Caroline Graham Hansen que no logró rematar Asisat Oshoala.
El Barça se jugará el pase a la final el próximo martes en el estadio de Anoeta de San Sebastián (20.00 horas) frente al Wolfsburgo, que goleó al Glasgow City (9-1).
La primera mitad fue equilibrada, con cada equipo interpretando el papel esperado. El Barça, que salió con toda su artillería, acaparó la posesión de la pelota ante un Atlético muy bien plantado que apenas dejó resquicios en su sistema defensivo y buscó sus opciones al contragolpe.
La solidaridad defensiva de las colchoneras logró neutralizar el poderío azulgrana. Las de Lluis Cortés, a pesar de su dominio territorial y de la presión sobre la salida del balón de su rival. Al Barça le faltó velocidad y ritmo para desgastar a las colchoneras y prácticamente no generó peligro en la primera media hora más que en un par de disparos lejanos de Lieke Martens (m.11) y Alexia Putellas (m.27) resueltos sin apuros por Lindahl.
El Atlético, consciente de su obligación de economizar esfuerzos, midió bien sus despliegues en ataque y sabiendo esperar su ocasión fue capaz de generar un par de buenas llegadas.
La primera, en el minuto 10, la culminó Kylie Strom con un remate alto en el segundo palo tras un buen centro de Turid Knaak y en el 25 Ángela Sosa eligió mal la opción de pase cuando Knaak se encontraba en una buena posición para el remate.
La respuesta azulgrana provocó la oportunidad de gol más clara de la primera parte. Fue en el 33 cuando una larga acción atacante acabó con un disparo de Martens que sacó prácticamente desde la línea de gol la central colchonera Aissatou Tounkara.
Tras el descanso se mantuvieron las pautas aunque con un Barça cada vez apretando más las tuercas a las rojiblancas. La velocidad de Oshoala creó los principales problemas a un Atlético que a pesar del desgaste se mantuvo siempre firme y mientras le duró la gasolina intentó lanzar alguna contra.
Al final las jugadoras azulgranas encontraron el premio después de avisos serios, el primero en el minuto 70 en un centro envenenado de Marta Torrejón al que no llegaron ni Oshoala ni Putellas y cuatro minutos más tarde con el duro disparo de Graham Hansen despejado por Lindahl.
Con el Atlético cada vez con más dificultades para achicar agua llegó ese balón de oro de Graham Hansen que solo logró rozar Oshoala, pero que quedó muerto en las botas de Hamraoui. La francesa no perdonó y marcó un gol que vale unas semifinales de 'Champions'.
Ficha técnica:
Atlético de Madrid: Hedvig Lindahl; Alia Guagni, Aissa Tounkara, Merel van Dongen, Carmen Menayo (Emelyne Laurent, m.72); Turid Knaaak (Ana Marcos, m.88), Amanda Sampedro, Jade Moore, Kylie Strom; Ángela Sosa (Alexandra Chidiac, m.88); y Toni Duggan.
FC Barcelona: Sandra Paños; Marta Torrejón, Andrea Pereira, Mapi León, Leila Ouahabi; Kheila Hamraoui, Alexia Putellas (Vicky Losada, m.91); Lieke Martens (Mariona Caldentey, m.63), Caroline Graham Hansen, Jenni Hermoso y Asisat Oshoala (Aitana Bonmatí, m.82).Gol: 0-1, m.80: Kheila Hamraoui.
Árbitra: Stéphanie Frappart (FRA). Mostró tarjeta amarilla a Guagni (m.24), del Atlético de Madrid.
Incidencias: Partido de cuartos de final de la Liga de Campeones femenina disputado en San Mamés a puerta cerrada debido a la situación sanitaria por el coronavirus. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la COVID-19. Las jugadoras del Atlético posaron con una camiseta de ánimo a su compañera Virginia Torrecilla, que se recupera tras ser operada en mayo de un tumor cerebral. Segundos antes de empezar el partido las futbolistas de los dos equipos y el trío arbitral se arrodillaron como símbolo contra el racismo.