El tiempo de Arthur Melo en el Barcelona ha llegado a su fin después de dos temporadas irregulares en las que su rendimiento nunca estuvo a la altura de las expectativas, que le situaban como el Xavi Hernández brasileño que lideraría durante tiempo el mediocampo azulgrana.
«Es que se parece a mí, me veo en Arthur. Piensa muy rápido y aún debe trabajar, porque yo mejoré estando en el Barça y no habría mejorado tanto estando en otra escuela», explicaba Xavi cuando vio jugar al brasileño.
Arthur, un centrocampista con perfil de organizador del juego, despuntó desde muy joven en el Gremio de Porto Alegre, donde militó entre 2015 y 2018 y consiguió el mayor logro de su carrera a nivel de clubes: ganar una Copa Libertadores (2018).
A pesar de su juventud, 21 años por aquel entonces, el brasileño destacaba por su dinamismo, capacidad para mantener la posesión y visión de juego en el pase, cualidades que le permitieron ser reconocido como mejor jugador de la final de la Libertadores y llamar la atención de los ojeadores del Barça.
Así es como el 9 de julio de 2018, Arthur Melo llegó a la ciudad condal con un traspaso con valor de 31 millones de euros, más 9 en variables, que le vinculaba al club por un total de seis temporadas -hasta junio de 2024-.
La apuesta del Barcelona, como reflejaba su contrato, era de futuro, algo que agradó al propio Xavi Hernández, que reconocía el valor de Arthur y le veía como un jugador «muy, muy válido» para el futuro del equipo.
La etapa de Arthur en el Barcelona empezó bien, con la titularidad en la victoria culé ante el Sevilla (2-1) en la Supercopa de España, su primer título vistiendo los colores del Barça.
Ya en su primera temporada en can Barça, el brasileño, que empezó dejando algunos destellos de calidad sobre el campo, sufrió tres lesiones musculares, que le obligaron a perderse 10 partidos.
En dicha campaña, en la que el Barcelona levantó el título de LaLiga, Arthur disputó un total de 43 partidos en todas las competiciones, en las no anotó ningún gol y dio únicamente dos pases de gol.
A pesar de la falta de profundidad en su juego, Arthur completó a inicios de marzo una de sus mejores actuaciones con la camiseta del Barça en la victoria de los de Ernesto Valverde (0-1) ante el Real Madrid.
En aquel partido, el brasileño, que partió como titular, mostró su mejor versión y demostró ser un futbolista ideal para el estilo del club, gracias a su buena salida de balón, temple a la hora de organizar el juego y apoyo constante a Sergi Busquets, quien se sentía más cómodo sobre el césped en su compañía.
Estas sensaciones, sin embargo, fueron un espejismo, ya que Arthur nunca llegó a encontrar regularidad en su juego, pese a contar con minutos en casi la totalidad de partidos disputados.
En la temporada actual (2019-20), las buenas actuaciones del brasileño se redujeron, en parte, a causa de otras seis lesiones, que cortaron toda progresión y con las que se perdió 12 partidos.
En este curso, Arthur, que ya no aporta tanto en la creación de juego en el mediocampo, ha disputado 27 partidos, en los que anotó 4 goles y dio 4 asistencias.
Titular en la mitad de los encuentros, Melo no terminó de entenderse con Quique Setién, quien prioriza a Frankie De Jong, Arturo Vidal o Sergi Busquets en el centro del campo azulgrana.
A esto hay que sumarle que, desde la reanudación de la competición tras el parón obligado por el coronavirus, Arthur ha mostrado su peor cara, con partidos muy irregulares y con poca fiabilidad en el que era su fuerte tras aterrizar en el Barcelona, la salida de balón.
Pese a la falta de minutos y las especulaciones sobre su eventual marcha a la Juventus de Turín, el técnico cántabro siempre se mostró defensor del juego de Arthur y dispuesto a trabajar para sacarle el máximo rendimiento.
Con su marcha a Italia ya oficializada, siempre quedará la duda sobre cuál habría sido el rol de Arthur en el mediocampo azulgrana en el caso de haber llegado en un momento de mejor juego del equipo.
A sus 23 años, es el momento de que Arthur marche tras una experiencia agridulce en la ciudad condal para seguir creciendo y adaptándose al fútbol europeo sin las expectativas, ahora sí, de convertirse en el nuevo Xavi Hernández.