En el verano de 2008, el Real Mallorca se encontraba con un problema de difícil solución. Debía encontrar un sustituto para Dani Güiza, pichichi de la Liga y que había sido vendido al Fenerbahçe a cambio de unos 17 millones de euros. Primero llegó el guineano Keita, pero Manzano quería un recambio de garantías. Entonces apareció Nando Pons con un nombre: Aritz Aduriz Zubeldia (San Sebastián, 1981), que llegó en silencio, pero que se marchó dos años después como uno de los futbolistas más queridos por la hinchada.
Doce años y una dilatada trayectoria después, el delantero internacional del Athletic Club anunció que se retira ya del fútbol en activo, que le «ha llegado el momento» después de que los médicos le haya recomendado «ayer mismo» que «pasara por el quirófano» para colocarle «una prótesis de cadera».
Formado en la cantera del Athletic, Aduriz se presentó en la Isla sin ser el goleador que fue en la recta final de su carrera. Había firmado sus mejores números con el Burgos en Segunda B (16 goles) y con el Valladolid en Segunda (14), pero no era indiscutible para Joaquín Caparrós en el primer equipo rojiblanco, donde vivía a la sombra de Fernando Llorente.
El club balear acordó el traspaso por 6 millones de euros, lo que le convertía en la segunda compra más alta de la historia de la entidad, solo superada por los 7,2 pagados por el cincuenta por ciento de Samuel Etoo. Sin embargo, el Mallorca jamás abonó esa cantidad.
Su entrada en concurso motivó una situación rocambolesca porque el club balear vendió a Aduriz al Valencia dos años después por 4 millones de euros -que cobró- y en cambio pactó una quita por el Athletic para pagar el cincuenta por ciento de lo que le debía...
Volviendo al césped, Aduriz pronto se convirtió en uno de los ídolos de la grada por su capacidad de sacrificio, su pelea -incluso llegó a las manos con su compañero Keita por lanzar un penalti-, su entrega y sus goles. Fue el máximo realizador del equipo en las dos temporadas y dejó huella en la Isla con 23 goles en 69 partidos en Primera. Es el séptimo mejor goleador del equipo bermellón en la máxima categoría.
Pero Aduriz también demostró su compromiso con los colores bermellones una vez fuera de la Isla. Sin ir más lejos, en la temporada siguiente, marcó un gol con la camiseta del Valencia en Riazor que se celebró como nunca en Son Moix. Ese tanto hundía al Deportivo en Segunda y salvaba a un Mallorca que no estaba haciendo los deberes en su estadio ante el Atlético de Madrid.
La consagración le llegó pasados los 30. De hecho, deja el fútbol con 39 años cumplidos como el máximo goleador del Athletic Club en el siglo XXI y el sexto de toda su historias, con 172 dianas. Por delante de él solo están Zarra (335), Bata (208), Dani (199), Gorostiza (196) e Iraragorri (179).
En su carta, Aduriz explica que le «ha llegado el momento» de colgar las botas antes sus problemas de cadera, los que le han tenido el último año mermado para jugar.
«Muchas veces he mencionado que el fútbol te deja antes de que tú le abandones a él», reflexiona en sus redes sociales el ya exariete internacional, a quien «ayer mismo los médicos» le «recomendaron pasar por el quirófano, mañana mejor que pasado, para colocar una prótesis que reemplace mi cadera e intentar afrontar, al menos, con la mayor normalidad posible la vida diaria».
También se acuerda el club vasco, en el que superados los 30 años ha tenido una carrera espectacular y más que inusual para un delantero de su edad, de los «cuatro goles suyos sirvieron a los leones para ganar la Supercopa del 2015 por un global de 5-1 frente al FC Barcelona con (Leo) Messi a los mandos». Aduriz, continúa el Athletic, «se lleva bajo el brazo este título de la Supercopa y un puñado de clasificaciones europeas, entre ellas una para la Champions League».
Y repara en que «su rendimiento creció de manera increíble a los 30 años hasta batir varios récords de longevidad».
Fichado a los 17 años del Antiguoko donostiarra, donde coincidió con otros dos grandes como Xabi Alonso y el que posteriormente fue compañero suyo también en el Athletic Andoni Iraola, Aduriz se curtió en el Aurrera de Vitoria y Bilbao Athletic antes de debutar en el primer equipo rojiblanco. Agur y Eskerrik asko Aritz.