Este pasado fin de semana vivimos un hito histórico en el mundo del fútbol español ante la suspensión del primer partido por razones de odio. La cuestión viene de lejos, pues el futbolista Roman Zozulia y el Rayo Vallecano viven una relación tormentosa desde que el fichaje del jugador ucraniano por el equipo madrileño se frustrara al conocerse las inclinaciones abiertamente nazis y de extrema derecha del ahora delantero del Albacete.
Este pasado fin de semana se vivió un episodio más del serial. La grada del grupo rayista antifascista Bukaneros vertió insultos en contra del ucraniano durante toda la primera parte del encuentro que los citó en Vallecas. Se solicitó por megafonía a los seguidores del fondo que no cantaran «Roman Zozulia puto nazi», y el partido acabó siendo suspendido.
El presidente del Rayo, Raúl M. Presa dijo haber hablado con el futbolista y darle «un abrazo, porque es un ser humano y merece respeto». Mientras tanto, en zona mixta, Zozulia no rebajó un ápice la tensión, y declaró que «no me insultan por ser nazi, que lo soy; me insultan porque sé leer y me ducho todos los días. Eso en este barrio de chusma está mal visto».
Toda esta tensión se trasladó a las redes sociales, en las que numerosos comentarios aparecieron al respecto: