El fútbol mallorquín se expande. Desde Ecuador hasta la India pasando por Georgia, Grecia, Chipre, Holanda, Bélgica, Rumanía, Italia, Alemania o Dinamarca. Unos son diamantes en bruto que todavía necesitan pulirse. Otros, veteranos con las piernas cargadas de batallas que apuran sus últimos días en las trincheras. Más de una veintena de futbolistas, veintidós en concreto, han optado por exprimir el pasaporte en busca de oportunidades, de mejor sueldo o, simplemente, con la intención de saborear nuevas experiencias.
Este verano ha sido especialmente agitado en nuestras fronteras. Un puñado de jugadores han optado por hacer las maletas y cambiar de destino.
El caso más reciente, y uno de los más sonados por su traspaso, ha sido el de Pep Biel al Copenhague danés. El futbolista de Sant Joan, que estaba en la agenda de varios clubes de LaLiga por su buena campaña en el Real Zaragoza, aceptó la sucelenta oferta económica para probar suerte en un equipo que está en la rampa de la competición europea. Los 5,3 millones de euros abonados por el club danés le convierten en uno de los mallorquines por el que más dinero se ha pagado en la historia.
También ha optado por dejar España, en su caso el Barcelona, el lateral Mateu Morey. Con apenas 19 años y una hoja de servicios cargada de buenas noticias en las categorías inferiores de la selección española, recala en el vestuario del Borussia Dortmund con la intención de hacerse un hueco e irrumpir en la Bundesliga. En Italia sigue Tòfol Montiel, el primer mallorquín en debutar en la Serie A, mientras el Mouscron belga es el nuevo destino del lateral Joan Campins tras su paso por el Fehérvár FC.
Cerca de allí, en Holanda, se ha producido uno de los traspasos del verano. Adrià Dalmau firmó por el Utrecht a cambio de 700.000 euros tras su buena campaña el curso pasado con el Heracles Almelo. Coincide en el campeonato con el exmallorquinista Julio Pleguezuelo, que militará en el Twente.
El país con más mallorquines es Chipre, donde comparten escenario nada menos que cinco isleños. Joan Guillem Truyols y Lluís Sastre, un manacorí y un binissalemer, hablan mallorquín enel vestuario del AEK Larnaca en un campeonato que también tiene a Emilio Nsue (Apollon Limasol), Alfonso Artabe (Doxa) y Sito Riera (Paralimniou).
También en Rumanía se puede escuchar al acento en dos equipos de la Primera División y en otro de una categoría inferior. Didac Devesa y Biel Company defienden al Politehnica Iasi y FC Hermannstadt respectivamente, mientras que el delantero Eder González juega en el AFK Csikszereda Miercurea Ciuc.
En América juega Dani Nieto, que ya ha debutado con el Independiente del Valle de Ecuador, mientras que en India están Juanan González, Xisco Hernández y el pobler Martí Crespí.