El defensa uruguayo Diego Godín ha confesado este martes en su despedida que las nueve temporadas que ha jugado en el Atlético de Madrid han sido «la etapa y el ciclo más bonitos» de su carrera y su vida, a la vez que ha confirmado que sería «hipócrita» decir que no ha intentado quedarse, pero no han llegado a un «acuerdo» con el club.
«Soy capitán de este equipo, hemos tenido muchas conversaciones y no hemos llegado a un acuerdo. Para mí, se acaba una etapa y un ciclo, el más bonito de mi carrera deportiva y de mi vida, podría decir. Orgulloso de haber formado parte de esta etapa y agradecido con todos desde el minuto que llegué», señaló Godín este martes en su acto de despedida.
El 'charrúa' quería comunicar su decisión él mismo, para dejar claro que ahora es «un hincha más» del club rojiblanco. «Esto no es solo un club, para mí ha sido una familia, una forma de vivir, mi casa, es difícil despedirse de tu casa. Estoy aquí para agradecer y recordar estos años, nunca imginé que llegaría este momento», reconoció el central rojiblanco.
«Es parte de la vida, hay cambios, siempre hay cambios duros y son los que te hacen crecer y madurar, ver la vida desde otras perspectivas y no me arrepiento de nada. Es como si le preguntaras a un hincha si le gustaría jugar aquí toda su vida, por supuesto que sí, me encantaría jugar aquí hasta los 40 años, pero eso es imposible», bromeó Godín.
El uruguayo recordó que, cuando el año pasado llegó una oferta del Manchester United, decidió quedarse, pero «no ha cambiado nada» respecto a ese momento. «Decidí quedarme, fue mi decisión. Para mí lo primero siempre ha sido el club y el equipo, nos hemos reunido muchas veces, sería hipócrita decir que no he intentado seguir en este club», matizó un Diego Godín muy emocionado.
Y los primeros que supieron su decisión fueron sus familiares, que se han convertido en sus «consejeros de siempre». «Para mí son todo, son los que me han hecho crecer como persona. Todas las decisiones y consultas las hago con ellos y con mis amigos que me rodean día a día», comentó. «Hemos tenido muchas charlas con Antoine (Griezmann)...», contestó, respecto a si el francés no había podido convencerle para quedarse.
«Dolor por despedirme, pero con la cabeza muy alta porque me he entregado en cuerpo y alma, me voy con la tranquilidad y el orgullo al máximo. He tenido ofertas en otros momentos y me he quedado porque lo he sentido y he querido, no me arrepiento de ninguna decisión. El club hay que respetarlo, es lo que ha marcado esta etapa tan gloriosa. Que el equipo siga creciendo y levantando títulos y que se siga dejando el alma dentro del campo», pidió para el futuro.
Además, expresó que siempre soñó con «llegar a Europa y ser un gran jugador», aunque «no hay nada más lindo que entrar a un estadio y que la gente coree tu nombre». «Eso es lo que yo he sentido en este club en todo momento. No se logra tan fácilmente que una afición te quiera y te respete, de eso me siento orgulloso», concluyó el uruguayo, tranquilo por haberlo hecho «bastante bien en el vestuario y sobre todo fuera».
En el acto estuvo arropado por sus compañeros de la primera plantilla, con las ausencias destacadas de Saúl, Costa y Oblak, así como por su familia y amigos, directiva, leyendas del club y miembros del cuerpo técnico del primer equipo.