Javier Clemente (Barakaldo, 1950) disfruta un verano más de Mallorca y del golf en Pula. Sigue en activo a la espera de un proyecto y repasa con Ultima Hora la actualidad igual de claro que siempre.
— ¿Suena el teléfono con ofertas?
— No me he retirado, te llaman o no te llaman y ahora lo hacen más selecciones que equipos, pero no hay nada que me atraiga. Me gustaría entrenar en la liga española. Me propusieron ir a China, pero no me atraía la ciudad. El dinero es un condicionante, pero soy más exigente con la forma de vida del lugar, el nivel no me preocupa.
— ¿Qué es para usted jugar bien?
— Ganar. El buen juego es el que tiene buen rendimiento. No puedes estar en una final sin ganar partidos porque lo hagas bien. O ganas o te vas a la calle. Ha habido un cambio tras el Mundial. El fútbol de conservación no ha triunfado. Es para altos niveles de equipos y no para que todos quieran jugar así. Hay un deterioro de calidad deportiva. Cada equipo tiene que desarrollar el juego que tienen sus futbolistas. Madrid o Barça pueden jugar con preciosismo, pero no pueden venir imitadores de segundo nivel.
— ¿España fracasó en el Mundial?
— Tuvo un mal juego y un mal rendimiento. Físicamente no llegamos fuertes y se fracasó en la forma de jugar partidos como el de Rusia. No responsabilizo a los entrenadores porque los jugadores son los mismos. Si tú siempre sales de casa por la puerta y te plantan un muro de hormigón no podrás salir. Y te empeñas y sigues saliendo por la puerta y cada día te la pegas, entonces, hay que decir: ‘¡Chaval! Eres un figura, sé listo y sal por la ventana'. No vieron la ventana. España tuvo un juego superlento, un fútbol que no sirve.
— ¿Y el fútbol de posesión?
— Ha fracasado. Francia era el equipo más fuerte y no hizo un fútbol vistoso, pero sí tenía mucha calidad y velocidad a la contra. Lo de Alemania fue un fracaso tras prescindir del que siempre ha sido su fútbol pasando a un juego indefinido y lento. Tocarla no es el fútbol, tocarla es bueno, pero tienes que transformar el toque en velocidad y llevar peligro a la portería rival. Todo viene originado por el Barça de Pep. Ese fútbol lo hace Guardiola porque tiene un equipo de 400 millones y ficha lo que quiere para jugar así. Muchos, en diferentes equipos y en niveles más bajos, han querido imitarlo y hacer sus mismos entrenamientos que vienen en Youtube, pero no puedes jugar de esa manera con jugadores sin esas condiciones.
— ¿Hubiera mantenido a Julen Lopetegui en la selección?
— Sí. Su salida repercutió. Puedo entender que alguien se sintiera molesto, pero tenía una cláusula de rescisión que no hemos tenido ninguno. Si no la tiene puedes decir que te han defraudado, pero si está escrita en un papel es que está hablado y estás conforme.
— ¿Qué le parece Luis Rubiales?
— Era un jugador mediocre, mediano, es un tipo avispado, que se mueve bien y trabaja los entresijos del fútbol. Se hace presidente de la AFE y cuando tiene que tomar una decisión como la de Lopetegui no tiene ni idea de estar en un organismo como la RFEF. No tiene experiencia. Es como un pulpo en una cacharrería. Escuché las versiones de Lopetegui y Florentino muy parejas y no me cuadró con la de Rubiales. Lo mismo con el presidente del Sevilla y la Supercopa en Tánger. Son dos conflictos y su versión no cuadra en ninguno. Ahora tiene la bombona de su piso (en referencia a la investigación abierta por si habría pagado una reforma de 120.000 en su casa con dinero de los futbolistas.
— ¿Habla con Villar?
— Hace tiempo que no, pero sé que está bien y tranquilo por su hijo. Le acusaron de mala gestión pero no han dicho de qué mala gestión. Le montan una moción de censura y no sé de qué se le censura. A nivel deportivo España era campeona de todo e hizo una labor bestial en lo económico. Las acusaciones hay que demostrarlas y las que formuló el ministerio fiscal me parecieron de tener un gran desconocimiento.
— ¿Qué le parece el fichaje de Luis Enrique?
— Me gusta. Es un buen tío, supersimpático y tiene chispa, vida y autoridad.
— Con los medios puede salir a un incendio por rueda de prensa...
— Es un tío encantador. Hay que ver la situación desde otro lugar ¿qué pasa cuando un periodista descalifica? Es lógico que al día siguiente un entrenador responda mal o no atienda a alguien que le falta al respeto. Te pasa en la escalera si tienes una discusión con un vecino, se fastidia la relación para un carro de años y no le hablas.
— ¿Sigue al Real Mallorca?
— Dejé de hacerlo cuando se fue Miquel Àngel Nadal, que es un tipo excepcional por su carácter y sus conocimientos. Tendría que estar cada día en el club, pero vestido de corto, sobre el césped, y no en una oficina.
— ¿Le hubiera gustado entrenar alguna vez aquí?
— Sí porque se vive muy bien, pero me hubiera gustado hacerlo en el campo antiguo, en el Sitjar, porque el ambiente que había cuando venía de rival era duro.