El Valencia de Marcelino García Toral frenó la intratable línea en la que se había instalado el Real Madrid y bajó a la tierra al campeón (2-2), remontando el marcador y cediendo únicamente al talento de Marco Asensio, que firmó con un doblete un partido para enmarcar.
El Real Madrid arrancó con fuerza por el triunfo, sabiendo que le esperaba un duelo duro. La movilidad arriba favorecía la aparición de Marco Asensio por cualquier zona del campo. Le juntaba Zidane con Modric e Isco. Imposible poner mayor nivel de creatividad a espaldas de los delanteros. Faltaba que Bale encontrase la forma de encajar y sus carreras tuviesen sentido para la visión de pase de sus compañeros.
Gol
No perdona el equipo de Zidane las malas salidas de balón. Castiga con dureza el error. Lo cometió Kondogbia al no llegar al pase y apareció Asensio para convertir en fácil lo que es tan difícil en el fútbol. Salió disparado hacia portería rival con su elegante carrera y soltó un zurdazo con potencia y ajustado, imparable para Neto. Sin techo a su crecimiento. Con un fútbol arrollador.
Con Isco rebajando su nivel reciente de magia, Asensio tomaba el mando del partido. Buscaba a Benzema para el segundo antes de la reacción del Valencia. Con personalidad, sin hundirse con el golpe, con una nueva fortaleza que refleja el trabajo psicológico de Marcelino, empató con un tanto de premio a la cantera. La subida del incombustible Lato la vio Gayá y el pase atrás lo remachó a la red Soler.
La segunda parte fue trepidante. Entró Kovacic de 5, en el lugar donde secó a Messi en la Supercopa. Casemiro quiso extender su inicio de temporada goleador y lo intentó desde fuera del área pero se encontró con Neto. El balón era madridista pero el Valencia mostraba seriedad defensiva y tenía calidad arriba para golpear. Rodrigo avisaba, Zaza cabeceaba arriba y Keylor Navas se lucía volando a una falta de Parejo. Nada pudo hacer cuando apareció de segunda línea Kondogbia, para sacar oro del pase atrás de Rodrigo.
Restaban trece minutos para el final y el Bernabéu se encendía para vivir un intento de remontada. Y lo acarició, con su equipo volcado y derrochando esfuerzo, tras el empate de Asensio que hasta las faltas marca con clase. Entraba Mayoral heredando el papel de Morata, pero un balón muerto caía en pies de Benzema. Con todo para marcar chutaba fuera y en el añadido estrellaba en la madera un testarazo.