Atlético de Madrid 1 – 0 Deportivo de la Coruña
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez (Lucas, m. 35), Godín, Filipe; Gaitán, Augusto (Gabi, m. 18), Koke, Carrasco; Griezmann (Gameiro, m. 58) y Correa.
Deportivo de La Coruña: Lux; Laure, Albentosa, Arribas, Fernando Navarro (Babel, m. 73); Guilherme (Mosquera, m. 67), Borges; Borja Valle, Emre Çolak, Fajr; y Florin Andone (Luisinho, m. 60).
Gol: 1-0, m. 70: Griezmann culmina un pase de Gameiro.
Árbitro: Gil Manzano (C. Extremeño). Expulsó por doble amarilla a Fayçal Fajr (m. 39 y 45), del Deportivo de La Coruña. Amonestó al local Lucas (m. 42) y a los visitantes Emre Çolak (m. 56) y Ryan Babel (m. 84).
Los franceses Kevin Gameiro, como pasador, y Antoine Griezmann, como goleador, solventaron este domingo un triunfo por insistencia del Atlético de Madrid (1-0) contra el muro resistente que planteó el Deportivo de La Coruña, en inferioridad numérica toda la segunda parte y sólo doblegado en el minuto 70.
Hasta ahí aguantó el conjunto coruñés, con un hombre menos por la expulsión por doble amarilla de Fayçal Fajr en la última jugada del primer tiempo, y hasta ahí no respiró el equipo rojiblanco, primero apagado por el ejercicio defensivo rival, después frustrado por un sensacional German Lux y finalmente aliviado con el merecido 1-0 y una victoria que le acerca a dos puntos del liderato de la tabla.
Así dribló el Atlético una tarde problemática. Primero por el rival, un Deportivo ajustado tácticamente, que al principio manejó ratos de presión alta a la salida de balón rojiblanca, un incordio para el conjunto local, y después mucho repliegue, un enredo para el equipo madrileño el primer acto, sin vías para abordar el gol.
Imposible por el medio, forzado a las bandas, siempre con más de un jugador rival al acecho, en el sistema de ayudas que planteó Gaizka Garitano, y contenido al principio cada vez que proponía ataque a unos metros del área contraria, al Atlético le costó de inicio un mundo irrumpir en el área con la pelota bajo su control.
En 20 minutos, ni una sola ocasión; cinco después, en un arrebato incontrolable para su rival, cuatro oportunidades. Un tiro cruzado del francés Antoine Griezmann, otro del argentino Nico Gaitán, una acción del brasileño Filipe Luis y una más de José María Giménez. Una demostración de ambición, pero sin gol, sin apenas desborde.
Por entonces, el Atlético ya había perdido al argentino Augusto Fernández, fuera del partido por una lesión de rodilla. Después, superada la media hora, se quedó sin Giménez, con un tirón muscular. Los dos, lesionados en acciones del juego, sin golpe rival, se fueron en camilla, desolados y con gestos de dolor. Malas señales.
Tampoco eran buenas en el juego del conjunto rojiblanco, obligado a un nuevo plan de paciencia y posesión contra su contrincante, en inferioridad numérica en la última jugada del primer tiempo, con la segunda amarilla a Fayçal Fajr -vio dos en cinco minutos-, y más afianzado, o encerrado, atrás para encarar la segunda parte.
No se había acercado con peligro el Deportivo en todo el primer acto -apenas un par de tiros del turco Emre ÇolaK, fáciles para Jan Oblak-, pero tampoco el Atlético, impreciso, había logrado una constancia en el ataque sobre la meta del argentino Germán Lux, que se marchó al intermedio con apenas una sola parada exigente.
Nada más, por parte del Atlético, y nada menos, por parte del Deportivo, por la dificultad que conlleva dejar al conjunto rojiblanco en su estadio con tan pocos disparos a la portería rival. El siguiente que lanzó, al minuto de la reanudación, terminó en gol anulado por fuera de juego a Griezmann, casi inadvertido entonces.
Y ahí sufrió ya el Deportivo, asfixiado y encomendado a unas cuantas estiradas enormes de Lux: dos a Carrasco -luego fue sustituido por Gameiro-, una para despejarla hacia el larguero, y una milagrosa al argentino Ángel Correa. También tuvo una el Dépor; un balón que merodeó el gol hasta que lo despejó Lucas Hernández.
Sublime el portero visitante, insistente el Atlético y media hora por delante de ofensiva rojiblanca, de un partido reducido ya al área del Deportivo; una pared de diez hombres que lo rechazó todo, cada tiro, cada centro, pero condenada a una desenlace: la victoria del equipo rojiblanco, transformada allá por el minuto 70.
La desbordaron entre Gameiro y Griezmann. El primero condujo hasta la línea de fondo y centró; el segundo la empujó a gol, al 1-0, para doblegar, aún con sufrimiento al final, la meritoria e increíble resistencia del Deportivo, para derribar un muro que parecía insuperable minutos antes, incluso en superioridad numérica.