Desde 2011, el Mallorca no presentaba una tarjeta tan deficiente a domicilio. En aquella ocasión, el grupo balear disputó 18 partidos lejos de Son Moix con un balance de seis empates, diez derrotas y solo dos triunfos.
Cuatro años después, el conjunto isleño ha vuelto a completar un año natural plagado de decepciones. Incapaz de abrazar la victoria fuera en los últimos siete meses, el Mallorca mantuvo el pasado sábado en Tenerife la irregular trayectoria que le ha distinguido desde que destapó 2015 en Montilivi.
Desde aquel empate sin goles frente al Girona (0-0) hasta la derrota de anteayer en Tenerife (2-1), el conjunto isleño ha disputado 21 partidos fuera de casa con siete empates, doce derrotas y solo dos triunfos. Dos victorias conseguidas en el primer semestre del año, es decir en el curso 2014-15, en el Mini Estadi ante el Barcelona B (2-4) y en Los Pajaritos frente al Numancia (1-2).
Desde aquellos tres puntos en Soria han transcurrido siete meses, once encuentros consecutivos, sin que hayan sido capaces de alzar los brazos. De hecho, estos once partidos seguidos suponen la peor racha foránea del Mallorca desde el año 2011. Entonces llegó a permanecer hasta doce duelos como visitante sin facturar el triunfo en sus salidas.