Sevilla 1 - 1 Athletic
Sevilla FC: Beto; Figueiras, Fazio, Cala (Iborra, m. 60), Fernando Navarro; M'Bia, Carriço; Vitolo, Reyes (Perotti, m. 66), Alberto; y Bacca (Gameiro, m. 78).
Athletic Club: Iraizoz; De Marcos, Gurpegui, Laporte, Balenciaga; Iturraspe, Mikel Rico (San José, m. 90); Herrera, Susaeta (Ibai Gómez, m. 82), Muniain; y Toquero (Aduriz, m. 61).
Goles: 1-0, min. 4: Alberto. 1-1, min. 6: Susaeta.
Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (Comité Navarro). Amonestó a Figueiras (m. 35), Gurpegi (m. 38), Bacca (m. 45), Vitolo (m. 55), M'Bia (m. 89) e Iturraspe (m. 92).
El Sevilla, que echó de menos a Iván Rakitic, y el Athletic empataron (1-1) en un partido muy trabado en el que los goles llegaron en los primeros instantes y que tuvo un mayor dominio visitante, hasta el punto que los vascos erraron un penalti cuando la primera mitad tocaba a su fin.
La primera acción ofensiva del partido terminó en gol, a la salida de un saque de esquina forzado por Alberto Moreno, el mismo jugador internacional, que actuó como interior de inicio, remató con un zurdazo ajustado al palo una jugada de pizarra.
Pero antes de que el Sevilla se asentase en su ventaja, empató Susaeta, quien empujó a la red una asistencia de Toquero, muy atento para interceptar una mala cesión de cabeza de Fazio a su portero.
El Athletic dominó el balón en la primera parte, gracias al intenso ritmo imprimido por su centro del campo, si bien las ocasiones claras se repartieron: M'Bia marcó a la salida de una falta lateral pero el gol fue anulado por fuera de juego y, al filo del descanso, Beto detuvo un penalti por manos de Bacca que lanzó Susaeta.
En la segunda mitad, los vizcaínos continuaron monopolizando el balón aunque sin gozar de ninguna ocasión, excepto la generada en los instantes finales por una acción de estrategia lanzada por Ibai Gómez y cabeceada alta, por muy poco, por Aduriz, dos de los relevos de Valverde.
Los sevillistas, huérfanos de Rakitic, se mostraron impotentes en la creación y se contentaron con amarrar la igualada, circunstancia que provocó alguna protesta de la grada contra los cambios de Emery, juzgados como demasiado conservadores.